Según un análisis de benchmark, Apple no ralentiza los modelos más lentos

Todos nos ponemos de acuerdo en que la llegada de iOS 11 hace tan solo unas semanas, más concretamente el 19 de septiembre, fue algo controversial debido a algunos detalles en concreto y características que podíamos llegar a considerar básicas en sistemas operativos anteriores, pero sin duda, lo que más dio de hablar fue la bajada de rendimiento en aquellos terminales no tan recientes, lo cual podía parecer una estrategia de marketing para pasarse a uno de los nuevos, pero en un análisis se ha demostrado que iOS no tiene nada que ver con esto.

¿Es a propósito?

Muchos decían que iOS 11 afectaba a la batería reduciendo la autonomía de ésta, pero, tal y como hemos mencionado más arriba, lo que más revuelo causó fue la supuesta bajada de rendimiento y potencia debido a este sistema operativo. Algo no cuadraba, especialmente cuando los softwares de Apple se caracterizan por su sencillez y fluidez debido a una gran optimización.

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Al igual que en todo, había gente que se quejaba de cosas así teniendo un iPhone 6s, mientras que otros con un iPhone SE decían que iOS 11 funcionaba mejor en sus smartphones. Así que se empezaron a hacer análisis y comparaciones del benchmark de los diferentes sistemas operativos más recientes, es decir, iOS 9, 10 y 11. El resultado fue sorprendente pues éste señalaba que la diferencia entre el rendimiento no tenía nada que ver con el software.

Está claro que los nuevos modelos como el iPhone 8 o 8 Plus son mucho más potentes que los anteriores, especialmente gracias a su nuevo procesador A11 bionic, pero no por ello significa que iOS 11 haga funcionar a los terminales no tan recientes de una manera peor y con menor fluidez, porque tal y como se ha desmentido, esto no tiene nada que ver con el sistema operativo en cuestión.

Fuente: MacRumors