Desde la llegada de Apple Pay, allá por 2014, Apple tenía claro que la acogida de este servicio crecería de una forma muy lenta, debido a diversos motivos. Sin duda, el problema es que incluso hoy, el número de usuarios que lo emplea sigue siendo muy reducido para un servicio que ya tiene casi tres años.
Desde las propias oficinas de Cupertino, consideran que el servicio crece a un ritmo algo más lento de lo previsto, pero aún hoy, siguen pensando que seguirá creciendo hasta el punto, en que la plataforma de pagos de la gran manzana se convertirá en el sistema de pagos principal de los usuarios, desbancando a tanto el dinero en efectivo, como a las tarjetas de crédito.
Según los estudios, casi la mitad de la población no emplea los sistemas de pagos a través de los smartphones, debido al miedo a cualquier tipo de riesgo que puede provocar el uso de estos. Por la otra parte, una gran mayoría de los usuarios aún no emplean dichos servicios debido a que aún no están familiarizados con ellos.
Aunque se ha duplicado el uso del servicio de Apple desde el año 2015, una clara explicación para su lento crecimiento podría ser el cómo aún hoy en día muchas de las grandes empresas y bancos siguen sin aceptarlo como método de pago o no trabajan con él.
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En España, el panorama no es muy diferente, muchos de los usuarios siguen sin conocer el servicio, o no lo utilizan por miedo a cualquier tipo de fraude. Hasta tal punto ha llegado, que bancos como el Santander, con el que llegó Apple Pay a España, se vieron obligados a devolver un 5% de lo que se pagase con el servicio, para conseguir que el público empezase a creer en él.
Aún con todo esto, muchas son las ocasiones en las que dices que pedirás el pagar con tarjeta, y la empresa o el dependiente te comentará que es la primera vez que ve a alguien pagar con su terminal. La otra situación, ocurre cuando la propia empresa te comenta que no cuenta con terminales con la tecnología contactless, para que puedas pagar con tu terminal.
Sin duda, al servicio de pagos Apple Pay le queda un largo trayecto, donde tendrá que superar diversos obstáculos como son el poco conocimiento que tiene el consumidor del servicio y el conseguir un mayor apoyo por parte de las grandes cadenas mundiales, para estar presente en ellas.
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