“Este es el nuevo iPod, y sí, puede reproducir vídeo”. Con estas palabras presentaba Steve Jobs en el año 2005 el nuevo iPod que acababa de salir al mercado, el de quinta generación, conocido como el iPod Vídeo. Este era el primero, después de cuatro años produciendo millones de iPod, que por fin podía reproducir vídeo. Pero esto no sería la sección comiendo manzanas si no supiésemos que detrás hay algo más. ¿Por qué este era el primero si antes habían salido varios iPod? Veamos el motivo.
Como sabemos, la cabeza pensante de Apple, hasta su fallecimiento, era Steve Jobs. Este pensaba que es imprescindible el tener un ecosistema tecnológico cerrado, de forma que hardware, software y componentes estuviesen fabricados por la misma empresa, para poder hacer más sencilla la sincronización entre todos los equipos.
Eso significaba, que el Mac ponía el hardware (como vimos, al principio el iPod no era compatible con Windows), iTunes era el software y el iPod el componente que servía para reproducir música; exclusivamente música. Ni siquiera se podían crear listas de reproducción en el iPod, todo debía hacerlo iTunes.
Steve también pensaba que las personas no saben lo que quieren hasta que se lo muestras, y él estaba convencido de que nadie querría ver vídeos en una pantalla tan pequeña como la del iPod. Además, el iPod debía ser tan solo un reproductor de música, porque los vídeos se debían ver en el Mac. Eso, unido a los componentes con los que se fabricaban los iPod, hacía que pareciese imposible que en Apple incluyesen la visualización de vídeos en los iPod.
Pero de nuevo Apple se equivocaba. La gente estaba deseando poder ver vídeos en su iPod, así que fue la gente la que terminó diciendo a Apple qué es lo que debían hacer. Los de Cupertino se pusieron manos a la obra y fabricaron un iPod con un procesador capaz de reproducir vídeo y una pantalla más grande que le de su antecesor (de 2,5 pulgadas y 65.000 colores) en la que se podían ver los vídeos perfectamente.
A partir de entonces, todos los iPod (a excepción del Shuffle) pudieron reproducir vídeos, y más adelante incluso grabarlos y editarlos (como la unión de iPod Touch 4G y iMovie). Como vemos, Apple tuvo que rectificar de nuevo, y eso fue bueno para ellos, pues terminaron vendiendo aún más iPod, lo que llevó a que también vendiesen más ordenadores y se hayan posicionado como una de las compañías tecnológicas más influyentes de todos los tiempos.
Sin embargo, la empresa de la manzana mordida aún seguía con la idea de que tenía que dominar tanto software como hardware, así que pensaron, en su “infinita sabiduría” que los ratones debían ser como ellos pensaban y no como los fabricaban los demás. ¿Cómo pensaban ellos que debían ser los ratones? Lo veremos la semana que viene. Te esperamos.