Trás la salida de los nuevos modelos de ordenadores de Apple, que se presentaron el lunes en el Moscone Center en le marco de la WWDC 2012, comienza ahora el baile de datos. Uno, como no podía ser de otra manera, es el de los precios. Y es que aunque el nuevo modelo “tope de gama” de los chicos de Cupertino asusta, no es menos cierto que el precio también es de órdago, en función, claro está, de sus características.
Pero vamos a analizar los datos con frialdad y detenimiento. Para ello vamos a usar como base un MacBook Pro de hace un año, el modelo de 15 pulgadas con un procesador a 2,6 GHz y un precio de 2279 euros. Para compararlo situamos en la otra parte del escenario un MacBook Pro con pantalla retina con la misma potencia y un precio de 2899 euros. Hasta aquí la lógica es aplastante. El modelo nuevo como era de esperar, tiene un coste algo más elevado.
Pero vamos a configurar ambos de igual manera y con las especificaciones que figuran en la tabla inferior. Dotaremos a ambos equipos con un procesador de cuatro núcleos a 2,7 GHz, con 8 GB de RAM y una unidad SSD con 512 GB de almacenamiento. Obviamos el polémico tema de la conversión dolar euro.
Una vez terminada nuestra labor nos encontramos con dos precios. El MacBook Pro antiguo alcanza un precio de 3449 euros, mientras el nuevo modelo con pantalla retina se queda en los 3149 euros. ¿De donde sale esa diferencia de 300 euros? ¿Como es posible que cueste más el modelo antiguo que el nuevo?
La respuesta es muy sencilla y radica en el añadido del disco duro en estado sólido (SSD) de 512 GB. En el caso del modelo antiguo supone un sobrecoste de 900 euros, cifra a mi parecer exagerada, mientras que en el nuevo modelo ya viene integrado en el equipo.
El porqué de este precio no es algo difícil de ver. Hay muchos usuarios que actualizan sus equipos, pasando por caja y de esa forma tienen máquinas muy al día, pero antiguas al fín y al cabo. Antiguas, de forma que en algunos casos no pueden usar dispositivos Thunderbolt, actualizar a Mountain Lion, etc y esto claro, supone dinero que Apple (como todas las empresas) dejan de ingresar. La solución es simple y no es otra que poner precios disparatados en la tienda oficial en los componentes para todos aquellos usuarios que tengan en mente ampliar su equipo. Precios que hagan más rentable la compra de un nuevo ordenador en este caso, que sí tenga incluidas todas las nuevas funcionalidades y que nos vuelva a introducir en el mercado. Esto tiene un nombre, o al menos yo lo veo así y se llama obsolescencia programada
A Apple le gusta el dinero, de eso no nos cabe duda ninguna…
Aun con esa diferencia, esos precios se escapan de toda lógica. Apple debe iniciar una modificación de sus políticas de precios para llegar a más público. Y es cierto que ellos ya tienen su público fijo en todo el mundo, sobre todo en EEUU, pero podrían abrirse a personas con menos recursos. No existe ningun producto Apple que se antoje barato para lo que ofrece.
Es que no lo entendéis. El nuevo MacBook Pro no es un portátil Acer de 500€ del Carrefour. Es tecnología punta y única en la industria. Apple no puede poner en el momento de salida un precio de 1149€ porque los costes de producción de ese equipo son muy altos aún.
Usan tecnologías que aún no usa nadie. La pantalla Retina tiene que ser carísima. Hasta que no lleven unos años en el mercado no podrán tirar abajo el precio.
Cuando salió el MacBook Air allá por 2007 valía casi 2000€, pero jamás había existido un ordenador tan delgado, pasaron años hasta que pudiéramos verlo a 999€ como hoy.