La empresa con sede en Mountain View dio a conocer ayer la “siguiente dimensión de Google Maps” en una rueda de prensa que dejó patente la inquietud en la que vive en los días previos al WWDC que tendrá lugar en San Francisco.
Esta dejó tres titulares:
- Mapas 3D mejorados en Google Earth a partir de un nuevo proceso de modelaje, con el cual esperan cubrir para final de año una superficie que abarque 300 millones de personas. Esta característica ya existía desde 2006 para algunos edificios, pero la meta ahora es cubrir áreas metropolitanas completas, primero de Estados Unidos y paulatinamente del resto del mundo.
- Mapas offline, con los que no perderse en zonas sin cobertura 3G, cuando no queramos hacer uso del roaming, o lo más importante de todo: permitir su utilización en cualquier dispositivo con una conexión Wi-Fi.
- Más Street View. La vista a ras de suelo abandona las ciudades para llevarnos a territorios inaccesibles por los vehículos motorizados, tales como senderos, parques nacionales, etc.
Este sería el resumen objetivo de lo vivido ayer, pero resulta interesante preguntarse el porqué de este evento a cuatro días de la WWDC, ¿por qué ahora y no dentro de tres semanas en el Google I/O que tendrá lugar en el mismo Moscone Center? Todas las respuestas parecen llevar al mismo destino: miedo.
Como todos bien sabréis, Apple compró entre los años 2009 y 2011 tres compañías cartográficas (Placebase, Poly9 y C3 Technologies), lo que va a dar lugar a que la próxima semana presente su nueva aplicación de mapas para dispositivos iOS. Esto supone un paso más en la independencia de la compañía de la manzana mordida con respecto al gigante de las búsquedas, y es algo que en Mountain View temen.
Las intenciones de Apple y Google son claras, por un lado incrementar sus beneficios en el mercado de la publicidad móvil y diferenciarse de Android atrayendo nuevos usuarios y desarrolladores; por el otro no perder una de sus mayores fuentes de ingresos: Apple. Google reconoció que el pasado 2011 obtuvo cuatro veces más beneficios provenientes del sistema operativo de Apple (2400 millones de dólares) que con el suyo propio (550 millones de dólares), siendo los primeros un 66% de sus ingresos del área de teléfonos móviles. Es por tanto que, si quieren conservar aunque sea una parte del pastel, se encuentran ante la necesidad de demostrar al mundo que son capaces de ofrecer mejores servicios que Apple, aunque solo les quedará hacerlo a través de aplicaciones en la App Store y no desde el sitio prioritario que ostentaban. No resultó extraño ver las demostraciones de ayer en un iPad en lugar de en una Samsung Galaxy Tab: quieren que todos sus servicios estén disponibles en todas sus plataformas, y en especial en la de Apple.
En mi opinión resulta impensable que Apple disponga de la infraestructura de Google, repleta de mapas con el suficiente nivel de detalle necesario para realizar una inmensa cantidad de actividades (cálculo de rutas,etc). Esto me lleva a pensar que ambas aplicaciones coexistirán: los iMaps, mucho más visuales, a incluir en aplicaciones donde no se requiera un gran nivel de precisión y los Google Maps, destinados a aplicaciones donde los anteriores no sean capaces de llegar o donde los requisitos de información sean avanzados. Estoy seguro que si Apple ha dado este paso es porque está en disposición de sorprendernos con algo novedoso y que esta guerra no hará más que beneficiarnos a nosotros, los usuarios. ¿Vosotros qué pensáis?