La necesidad de un iPhone de mayor pantalla

Desde el año pasado, previamente a la Keynote en la que se presentó el iPhone 4S, existen los rumores de que Apple estaría fabricando un terminal con unas dimensiones completamente distintas a las conocidas, en las que repercutiría una pantalla de mayor tamaño. Desde dicho rumor, muchos usuarios hemos opinado sobre ello y en las consecuencias que este aumento de pulgadas supondría.

Una pantalla mayor siempre es mejor

Yo soy de los que opina que sí, que una pantalla más grande es más práctica que la actual. Y a pantalla más grande no me refiero a la de los actuales Samsung Galaxy S III o la barbarie del Galaxy Note, sino algo más alta que haga más sencillas algunas tareas.

Una de estas tareas que frecuentamos mucho es la de escribir. Estoy completamente seguro que, pese a la habilidad y agilidad logradas, en muchos casos cometemos errores al pulsar sobre las teclas mostradas en el panel táctil del terminal. Una pantalla más grande ayudaría notablemente a mejorar ese problema tan generalizado.

Sobra decir que al invertir en pulgadas de manera coherente, ganaríamos en calidad visual viendo las cosas más grandes en la pantalla como; aplicaciones, Safari, Agenda, fotografías, etc.

En definitiva, toleraría muy bien e incluso me encantaría recibir un nuevo iPhone con una pantalla entre 4 y 4,5 pulgadas. Francamente, estoy cansado de gastar la misma desde el iPhone 3G.

Para todos aquellos usuarios que utilicen el iPhone como un buen navegador GPS, agradecerían también el aumento de la pantalla. En la actualidad, la calidad visual que ofrecen los actuales terminales de Apple que tenemos dejan mucho que desear a causa de su pantalla de 3,5 pulgadas. En este caso, los últimos modelos de Galaxy van de lujo en este cometido.

Problema de compatibilidad

Otra de las discusiones abiertas entre los usuarios es la compatibilidad entre aplicaciones una vez se distinga entre distintos iPhone por las pulgadas de su pantalla útil. Lógicamente, se crearía un problema ya que en la App Store podría haber un mejunje de aplicaciones sin un formato estándar definido.

Pese a que “obligue” la compra, creo que es necesario que Apple se posicione y vuelva a marcar el terreno, esta vez en su propia casa y frente a sus seguidores. Una mayor pantalla es, como ya he comentado, una mejora en usabilidad cara al usuario. Por lo tanto, deben estandarizar este último modelo como el prioritario. El usuario que no se comprara el nuevo iPhone se quedaría sin las actualizaciones de esas aplicaciones que aumentaran su resolución y, a la larga, quedarían desfasados. Algo similar a lo que ocurrió con el iPhone 3G y las versiones iOS. Si no da más, no da más.

El resultado sería una jubilación prematura a teléfonos inteligentes capaz de dar mucho de si mismos a estas alturas, como el iPhone 4 y el iPhone 4S, pero me repito, la causa la veo más que justificada.

Otra solución para discriminar entre resoluciones de distintos teléfonos inteligentes de la manzana es acabar definitivamente con toda esa resolución que no se adapte a la Retina Display, por lo que la muerte del iPhone 3G y iPhone 3GS prácticamente serían inmediatas. Lógicamente, Apple debería dar cierto tiempo a los desarrolladores más despistados para que cambiaran su resolución a la más actual. Al llegar determinada fecha, los de Cupertino deberían hacer revisión a su tienda digital y eliminar todas aquellas que no se hayan subido al carro.

Conclusión

Todo esto no dejan de ser cábalas personales y sueños en los que veo a Apple siguiendo su camino: facilitar la interacción entre el usuario y el gadget a altos niveles. Pienso que Samsung se ha adelantado en esto, aunque algunos de sus terminales me parecen francamente tochanas.