Si Estados Unidos ya de por sí es un mito en cuanto a ser la tierra prometida para cualquiera que tenga un sueño por desarrollar y que imagine llegar a hacerse rico, no es menos mito uno de los símbolos de este sueño y quizás el lugar que simboliza que desde abajo se puede llegar a lo más alto, con voluntad, perseverancia e ingenio, el garaje.
En los últimos años, donde el protagonismo en lo que se refiere a las grandes empresas es fundamentalmente de las tecnológicas como Facebook, Google, Microsoft o Apple, esta mito se ha intensificado, ya que por ejemplo Google o Apple, al igual que otras empresas como Hewlett Packard o incluso la mundialmente conocida Walt Disney tienen sus orígenes en modestos garajes.
El caso es que el sueño americano y el símbolo del garaje que existe detrás de la creación de estos gigantes del mundo empresarial parece que en algunos casos es simplemente leyenda. Así, según `Steve Wozniak, cofundador de Apple junto a Steve Jobs y por lo tanto, voz autorizada para hablar de este tema, la relación entre el símbolo del garaje y la creación de Apple es más bien una historia que sea ha ido inflando a lo largo del tiempo.
En una entrevista concedida a Bloomberg, Wozniak admite que realmente en el garaje no vio la luz nada que fuera tangible, ya que allí no se hicieron diseños, ni se fabricaron placas, circuitos o prototipos, ni se planificaron productos tampoco. Wozniak afirma que el garaje era más bien como un hogar, como un lugar desde donde trabajar cuando no tienes dinero. Por otra parte y con respecto a la creación del Apple I, uno de los primeros computadores personales, dice que la mayor parte del trabajo de su soldadura, ensamble, diseño, etc; lo hizo desde su puesto de trabajo en HP.
Finalmente parece que el garaje en cuanto al nacimiento de Apple es más mito que realidad, por lo que habría que tomarse la importancia del garaje en la nacimiento de la empresa de Cupertino como algo que pertenece a la propia iconografía de la empresa, pero que a parte de la misma, no tiene una importancia verdaderamente sustancial en todo lo que vino después.