Siempre he sido un defensor de los tamaños de pantalla contenidos en un smartphone. Aún así, movido por las ganas de probar nuevas combinaciones de dispositivos, dejar de lado el iPad más concretamente, cuando salió a la venta cambié mi iPhone 5s por un iPhone 6 Plus. El cambio fue brusco al principio, con sus cosas malas ocasionadas sobre todo por el tamaño, un handicap sin ninguna duda. Es ahí donde el Apple Watch entra en juego.
En muchas ocasiones el tamaño del iPhone 6 Plus es molesto. Su pantalla es perfecta para disfrutar en momentos largos pero se sufre en los cortos espacios de tiempo, donde puede ser un auténtico tedio. Y cuando hablo de espacios cortos hablo de transiciones, de desplazamientos, de ir de casa al trabajo por la calle o simplemente de andar con el teléfono de un lado a otro en casa.
Con el Apple Watch en cambio pasa lo contrario ya que son los espacios cortos donde se ve todo su potencial. Chequeos de notificaciones, respuestas rápidas, avisos o tareas cortas como crear recordatorios, añadir notas o ciertas tareas de demótica, etc. son su principal fuerte y es donde más he notado el cambio.
Un hecho curioso es que estoy empezando a utilizar más las aplicaciones adaptadas al Apple Watch. Aplicaciones de mensajería como iMessage o clientes de Twitter como Twitterrific, que permiten interactuar no solo visualizar la notificación, son las que le aportan valor. Es por eso que en muchas ocasiones me veo contestando desde iMessage, cuando es posible, a mensajes que recibo por Telegram o WhatsApp. En el momento en que estas aplicaciones estén adaptadas la usabilidad y el sentido del Apple Watch subirá muchos enteros. Y cuanto más potencial tenga el Apple Watch mejor compañero de un iPhone 6 Plus será.
Sumando ambos dispositivos y aprovechando sus puntos fuertes vemos cómo el tamaño del iPhone 6 Plus deja de ser en muchas ocasiones un problema. Ahora estas ocasiones de handicap han desaparecido gracias al Apple Watch y es una de sus claves. Yendo por la calle no necesito en la mayoría de las ocasiones sacar el iPhone del bolsillo para ver las notificaciones y contestarlas por lo que el handicap del tamaño ha sido eliminado en su mayor parte.
A lo largo de las últimas semanas he visto como el iPhone ha dejado de ser algo que llevar sí o sí encima. Estando en casa o yendo por la calle no necesitas tener a mano el iPhone para casi ninguna de sus tareas habituales y eso te permite mucha libertad, sobre todo porque el Apple Watch, al igual que cualquier reloj, se convierte en invisible la mayor parte del tiempo.
Es así como el run run que desde el primer minuto he tenido de volver a tamaños de pantalla más pequeños se ha ido desvaneciendo conforme han ido pasando los días y la facilidad con la que el Apple Watch ha entrado en mis rutinas ha sido una de las causas. Lo llevas con naturalidad y rápidamente he cambiado el acto reflejo de echar la mano al bolsillo para sacar el iPhone por el rápido vistazo a mi muñeca. Así que he dicho adiós a la posibilidad de cambiar mi iPhone 6 Plus.