Todos los Mac (excepto el Mac mini) incorporan desde hace años una cámara integrada en el bisel frontal, FaceTime (llamada antes iSigth), en la parte superior de la pantalla. De hecho Apple siempre ha querido que sus ordenadores la tuviesen incorporada y no de manera externa. Sin embargo, como medida de seguridad, es bueno desactivarla cuando queramos. Te enseñamos como hacerlo fácilmente.
Desactiva la cámara FaceTime de tu Mac
Como digo, son muchos los que temen por su seguridad en internet, y por ello incluso cubren con cinta su cámara FaceTime para evitar que alguien acceda a ella sin permiso. Pero nosotros haremos algo también sencillo, con un pequeño script podremos desactivarla por software cada vez que queramos.
El archivo que utilizaremos se encuentra originalmente en el blog de techslaves.org, donde lo podéis descargar para el sistema operativo que corresponda. La última versión es compatible con OS X Mavericks, pero funciona sin problema en OS X Yosemite. El script, llamado iSigthDisabler, bloquea el acceso a la cámara FaceTime de manera temporal, cambiando los permisos que proporcionan acceso a ella a las aplicaciones que la usan.
Lo primero que debes hacer es descargar el script y descomprimirlo en ~ / Library / Scripts /. Si quieres también puedes crear tu propia aplicación abriéndolo con AppleScript, selecciona Archivo -> Exportar y selecciona el formato de aplicación. Para ejecutarlo simplemente abre iSigthDisabler y haz clic en deshabilitar iSigth. Si quieres volver a activarla, haz clic en habilitar iSigth. Te pedirá tu contraseña de administrador cuando quieras tanto activar o desactivar la cámara.
Hay muchas maneras de que nuestra seguridad sea más alta, como cifrar la copia de seguridad de nuestros datos. Y para quienes no usen habitualmente la cámara integrada, esta puede ser una buena medida de para evitar el acceso, aunque no definitiva. Es una opción para deshabilitar nuestra cámara FaceTime, de nuestro Mac, cuando queramos. Como comentaba al principio taparla con una cinta adhesiva sería una manera física de protegernos ante personas sin buenas intenciones efectiva, pero con la incomodidad de tener que volver a ponerla cada vez, y que en aspecto no queda muy bien.
