Cada generación de nuevos iPhone está marcada por su problema particular. Estos son los conocidos gates, fallos en los modelos que supuestamente hacen perder millones a Apple, aunque los usuarios se abalancen a por los iPhone falle lo que falle. El más destacado y que aún perdura en nuestra memoria fue el bendgate del iPhone 6, pero han habido muchos más. Aquí os los traemos todos.
Los inicios: el breakgate y el colorgate
Desde los primeros iPhone ha existido algún gate. El iPhone 3G tuvo una carcasa más blanda que la mantequilla, y no fueron pocas las quejas que recibió Apple sobre teléfonos con la carcasa resquebrajada, dando lugar al breakgate. Este problema se solucionó en el siguiente modelo, el iPhone 3GS, aunque este tuvo la capacidad de cambiar de color de la carcasa, que achacó las altas temperaturas que alcanzaban los equipos.
La era del metal y cristal, del antennagate al scuffgate
Con todos los problemas que dio el cuerpo de plástico, los de Cupertino decidieron pasarse al metal, con todas las consecuencias que esto traía. El iPhone 4 estuvo marcado por el antennagate, la pérdida drástica de cobertura que probablemente causaba el cuerpo metálico al interferir con las antenas. De ahí al iPhone 5 hubo solo un paso –pues el iPhone 4s solo conoció un ligero tinte amarillo en pantalla, el llamado yellowgate, que no llegó a mayores–.
El iPhone 5 tuvo su propia polémica con las cámaras, que sufrieron de “halos de luz púrpura” debido a reflejos en las cámaras. Este flaregate impidió ver las mejoras en cobertura que llegaron tras la inclusión del cristal trasero, un gran paso frente al iPhone 4.
Este mismo cristal fue el causante del scuffgate, al ser excesivamente propenso a llevarse arañazos con el simple hecho de entrar en el bolsillo. ¿A nadie le recuerda esto a un color llamado jet black?
Los gates más famosos: Apple desde el iPhone 6
Con el cambio de tamaño, de materiales y de grosor en el iPhone 6, parecía el final de tantos quebraderos de cabeza para la marca. Sin embargo, empezó a correr como la pólvora el que se acabó convirtiendo en el mayor escándalo para Apple: el bendgate, de sobra conocido por aquellos a los que se les dobló su iPhone 6 con solo sentarse teniéndolo en el bolsillo.
Tras esto, Apple pasó al iPhone 6S, con un reforzado cuerpo en aluminio 7000. Por fuera, no se le pudo achacar nada, pero fue la decisión de Apple de usar dos procesadores distintos, dando lugar al chipgate la que levantó ampollas en sus compradores, que consideraron que su versión era peor que la del otro procesador, fuese cual fuese, aunque si fue verdad que el fabricado por TSMC ofrecía más autonomía que el de Samsung.
La guinda del pastel ya la ponen el iPhone 7 y 7 Plus, que esta vez juegan por partida doble. Empezaron por los silbidos a máxima potencia del hissgate y hace pocos días saltó el memorygate, ya que la versión de 32 GB del iPhone 7 Plus pierde velocidad en su memoria, que queda a la altura del iPhone 6S.
¿Has sufrido alguno de estos problemas?
