Con la llegada del iPhone 8 o — muy acertadamente llamado — iPhone Edition, los chicos de Cupertino se han enfrentado a varios retos que van desde el diseño y pare de contar, para hacer del próximo móvil, un dispositivo acorde con la celebración del décimo aniversario desde su invención por la compañía.
Según un análisis compartido en 9to5mac, la elaboración del próximo iPhone ha llevado a Apple a romper algunas de las reglas que han caracterizado su modo de trabajar durante los últimos años; total, un interesante dilema que quisimos compartir a continuación.
Apple se arriesga con el diseño del iPhone 8
La regla número a la que se aferra Apple es aquella de evitar correr riesgos innecesarios. Por el contrario, cuando una nueva tecnología está en su tope, la compañía mira y espera mientras que otros fabricantes hagan lo propio con su ensayo y error; Apple sólo se lanza cuando está convencida de que la tecnología es estable y cuando ha descubierto la forma óptima de emplearla.
Vimos esto con el iPod. El primer reproductor de medios portátil fue inventado en 1979, y el primer reproductor de mp3 real salió a la venta en 1998. Apple esperó hasta 2001 para lanzar el iPod. Los primeros teléfonos inteligentes salieron a la venta a mediados de los años noventa; El iPhone no fue lanzado hasta más de una década más tarde. El primer teléfono con un lector de huellas dactilares fue el Motorola Atrix en 2011; Apple no agregó uno al iPhone hasta dos años más tarde…
Para nadie es un secreto que la empresa no es una innovadora en conceptos tecnológicos. Sino que sus innovaciones están en la forma de implementar esos conceptos, y especialmente en el área de la interfaz de usuario.
La segunda regla en el manual de Apple es que todo está cuidadosamente pensado y cuidadosamente planeado. En ninguna parte esto es más evidente que en la gestión de la cadena de suministro de Apple. La empresa no se deja llevar por nuevas ideas emocionantes hasta que es seguro que la producción en volumen es viable.
En este sentido, y considerando las reglas anteriores, parece que Apple está atentando contra ambas: los retrasos que se han informado hasta ahora son en gran parte debido a las dificultades técnicas de incrustar un lector de huellas dactilares en la pantalla, lo cual y considerando la cercanía con la fecha de lanzamiento del iPhone 8, parece que no fue del todo pensado.
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Con la llegada del décimo aniversario de Apple, muchos comentaristas fueron desdeñosos con la idea de que Apple pudiese ofrecer algo innovador, ya que por tradición la empresa no hace nada en los aniversarios, sino que lanza las cosas en su propio calendario. Sin embargo, este 2017, todo el mundo está fabricando teléfonos inteligentes sin bisel, y es posible que Apple se haya dado cuenta de que tiene que hacer lo mismo y arriesgarse, lo cual también significaría un nuevo enfoque ¿Crees que realmente nos sorprenderá? ¿Cómo?
