iCloud se acerca a la realidad cada vez más, superando hasta la fecha 3 de los 4 grandes escollos que tiene para que se haga realidad uno de sus servicios estrella: el servicio musical. 3 de las 4 grandes discográficas mundiales, ya han cerrados acuerdos con Apple.
Sin llegar a saber muy bien qué ofrecerá Apple, nos queda claro echando un vistazo a lo que ofrecía la empresa lala (que Apple compró en 2009 y cerró) que lo que prepara la manzana mordida dista de lo que ya ofrecen otros como Google Music o Amazon Cloud Drive.
Google Music y Amazon Cloud Drive están basados en el dogma de los contenidos en la nube personalizados. Tenemos nuestro espacio en la nube, subimos lo que queramos (bajo nuestra propia responsabilidad) y luego podemos oírlo en línea. Las compañías discográficas se quejan, pero la premisa legal de la responsabilidad del uso de espacio personal está clara: es como un pendrive USB puesto en la nube, al que solo nosotros podemos acceder.
Pero Apple ya ha cerrado el acuerdo con EMI Music, Sony Music y Warner (a falta de cerrar también con la discográfica más grande del mundo, Universal Music). ¿Y para qué? Porque lo que hacía lala, y lo que hará el nuevo iCloud, dista de ser un mero pendrive con reproducción remota.
Lala analizaba nuestra biblioteca y nos permitía oír la música que había en ella sin tener que subirla. El concepto es simple: es como un Spotify, en el que nosotros somos la fuente del mismo. Apple sabe qué estamos oyendo, y por cada click que hagamos en una canción con derechos que se añada a nuestra biblioteca en la nube (solo se subirían aquellas que no estén clasificadas), las discográficas se llevan su bocadito correspondiente (y el autor, obviamente).
Imaginad esto, unido a la posibilidad de compartir con amigos canciones para que descubran música y (en consecuencia) puedan decidir comprarla en iTunes Music Store. Un modelo de negocio mucho más productivo y favorable que un simple pendrive en la nube. Un modelo que beneficia al usuario, al distribuidor, al autor y al que pone el servicio.
La idea no pinta nada mal, sólo hay que esperar y ver si todo esto se cumple, pero ya queda menos para ese momento. Y sobre todo para responder a la otra grandísima pregunta ¿será un negocio rentable si se ofrece el servicio de manera gratuita, teniendo en cuenta cómo está planteado?