Mucho está dando que hablar un teléfono del cuál no tenemos ningún dato de que realmente exista. A día de hoy, hace un año (y hace dos y tres) ya nos encontrábamos con un nuevo modelo en nuestras manos, que se había hecho líder de un mercado que él mismo había creado. Un mercado que, aunque actualmente está completamente copado por dos grandes pilares, iOS y Android, es el terminal de Apple el que abre los ojos al mundo con un nuevo enfoque, con algo que nadie había pensado antes y que era justo lo que todos estábamos esperando (o creíamos esperar, al menos).
En este artículo vamos a revisar qué ha tenido cada una de las versiones de iPhone que lo ha hecho tan especial, unido a la nomenclatura que Apple ha seguido para nombrarlas, para entender más o menos qué es lo que podríamos encontrarnos si finalmente se presenta el supuesto iPhone 5 que podría aparecer a finales del mes que viene.
Los inicios del iPhone
Apple llegó en 2007 con un concepto revolucionario para lo que conocíamos como el mercado de los smartphones, un concepto en el que desaparecían los botones físicos y se dedicaba todo el espacio a una pantalla capaz de detectar varios dedos con una respuesta asombrosa, nada de lo conocido antes con las pantallas resistivas, que te obligaban a ejercer presión sobre ellas para su funcionamiento. Esto era otra cosa. Se fusionaba lo conocido como iPod con un teléfono con una experiencia de usuario hasta ahora desconocida con una simpleza que nadie pensaba que pudiera tener un hueco en el sector empresarial y se podía considerar más como un juguete que como un terminal a tener en cuenta. Apple llamó a su aparato iPhone, a secas, aún no le seguía nada detrás y es que quizás fuera verdad aquello de que se trataba de un experimento para “ver qué pasa”.
iPhone 3G, 3GS y 4
Al año siguiente se presentó el iPhone 3G, y no es que se tratara de la tercera versión, sino más bien se entendió que era más importante recordar la característica más significativa de este terminal antes que el orden que le seguía. Y es que este terminal dio un paso adelante (otra vez) en lo que entendíamos como un smartphone con la incorporación del tráfico de datos en él, internet en todos sitios, unido a la creación de la plataforma de aplicaciones que hizo explotar el teléfono de la marca de Cupertino con una aceptación hasta ahora nunca vista. Por ello, un año más tarde, un cambio de hardware era más que suficiente para un terreno en el que el iPhone era casi el rey, aunque algunos Android empezaban a pisarle los talones. Al ser el tercer modelo de iPhone y tener el mismo diseño que el anterior, se optó por una nomenclatura que le diera más sentido a un teléfono que se veía con posibilidad de sobrevivir muchos años, por ello se quedó con el número tres (que le pertenecía, debido a ser el tercer modelo a la venta) pero con una S (de velocidad, en inglés, speed). El teléfono pasó a llamarse iPhone 3GS, ojo, seguía siendo el 3.
Los demás fabricantes se pusieron las pilas y el año pasado ya teníamos el mercado plagado de smartphones muy competentes que superaban con creces al iPhone 3GS, pero Apple lo solucionó con un nuevo terminal, con nuevas líneas de diseño, mucho más finas, y una pantalla que creó un nuevo estándar con píxeles imposibles de detectar y que volvieron a hacer del iPhone un ejemplo a seguir para el resto de fabricantes. Aunque no se libró de problemas, como el conocido antennagate. Ese iPhone se llamó iPhone 4, la cuarta generación del teléfono de Apple, ya sí que se cumplían los criterios de la nomenclatura impuesta desde el 3GS.
Futuro incierto: ¿iPhone 5?
Ahora nos encontramos un año y dos meses más tarde del lanzamiento de ese último teléfono. Es la primera vez que Apple se salta su habitual itinerario de lanzamientos. No sabemos nada de él. Pero si analizamos los movimientos realizados hasta la fecha podríamos sacar algunas cosas en claro. Por ejemplo, podríamos darnos cuenta de que el teléfono debería (por supuesto, puede variar) permanecer con el mismo patrón de nombres que el anterior, sería iPhone 5 ya que si se llamara iPhone 4S, el iPhone 6 tendría que volver a corregir el patrón de nombres y ya no coincidirían en número. Aunque también podríamos pensar un cambio radical en el nombre del iPhone, algo así como iPhone Pro o iPhone HD (aunque sería horrible un nombre así).
En el apartado del diseño, este supuesto iPhone 5 debería cambiar completamente su acabado exterior. Y es que la mala imagen que ha dado el asunto del antennagate ha generado bastante desconfianza entre los usuarios del terminal y los más importantes, los potenciales usuarios futuros. Por lo que no descartaría un acabado completamente nuevo, ¿quizás con una pantalla más grande? ¿quizás con una doble cámara en 3D? ¿con picoproyector incorporado? Como se suele decir con estas cosas, el tiempo lo dirá. Solo nos queda esperar.
y se llamo iphone 4s y no tiene mucho que ver con la forma de la foto que se muestra, sino que es mas parecido al i phone 4
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