Seguimos con la lucha en torno a patentes que tanto nos entretiene a la par que nos perjudica. Y me refiero a la batalla, que no a la guerra, que en esta ocasión ha ganado Apple a la firma taiwanesa HTC, fabricante entre otros del primer teléfono de Google, Nexus One. Por ello se ha limitado no solo la venta, sino también la importación a territorio americano de varios de los productos fabricados por HTC.
El fundamento de tal decisión lo encontramos en el fallo que ha adoptado la Comisión Internacional del Comercio de EEUU (ITC), en el que afirma que la tailandesa HTC violó dos de las patentes de Apple en algunos modelos que comercializan y que corren bajo el sistema operativo Android.
Sin entrar en complicaciones técnicas, el núcleo de la demanda se basa en el uso que hacen de un protocolo de servicio que permite, entre otras cosas, que un usuario pueda realizar una llamada, tan solo pulsando sobre un número de teléfono que le hubiese llegado por mail.
La medida de prohibición y veto no es inmediata; su fecha de entrada en vigor está fijada a partir del 19 de abril de 2012, y afectará entre otros modelos a teléfonos tan populares como es Nexus One. La única manera de evitar esta medida, es modificar las caracterÃsticas de los teléfonos que hacen uso de esas patentes o bien, en el caso más extremo, eliminarlas.
A esta decisión, la compañÃa taiwanesa ha respondido con coherencia, afirmando que tratarán de quitar esas caracterÃsticas de los móviles que comercializan. Y es que esto no es algo fácil. Recordemos que en EEUU Android está teniendo un gran crecimiento. Solo en el tercer trimestre de este año más de la mitad de smartphones vendidos en ese paÃs, lo hacÃa con el androide verde corriendo por sus entrañas.
Y esto nos lleva a lo que comentábamos el otro dÃa en el post sobre el enfrentamiento Apple Vs Samsung, donde es el usuario de la calle el principal perjudicado en estas guerras económicas, ya que o bien se ve limitado en el mercado de bienes de consumo que puede elegir, o le privan de una caracterÃstica por la que habÃa pagado y que era funcional en el aparato en cuestión.