Instagram está dando mucho que hablar últimamente. Hace poco conocíamos su compra por parte de Facebook. Incluso Phil Schiller habló de este tema, diciendo que dejaría de usar la aplicación porque con semejante masificación había perdido el encanto inicial.
Los creadores originales de la aplicación Mike Krieger y Kevin Systrom son conscientes de que una de las claves del éxito de una aplicación móvil es hacer la experiencia de su interfaz rápida y fuida.
Fue en una presentación en el Warm Gun de 2011 donde Krieger habló acerca del proceso de diseño de Instagram y la forma en la que la información es introducida. Mientras nosotros metemos los datos, la aplicación está trabajando en segundo plano, dándonos una sensación de rapidez.
Uno de los puntos clave en este aspecto es la subida de imágenes. ¿Te has dado cuenta que cuando hemos introducido la información, la imagen ya esta subida? Lo que Instagram hace realmente es que en el momento en el que elegimos el filtro vintage, éste empieza a subir la imagen. Así, cuando hemos acabado de introducir la información de título y tags, parece que la subida se efectúa a la velocidad de la luz, pero nada más lejos de la realidad.
La aplicación hace la subida en dos partes: primero se sube la foto en bruto, y después se empareja con los datos que hemos introducido en la pantalla de Compartir. Pero este proceso se podría depurar aún más, empezando a subir la foto cuando se hace en el iPhone y aplicar posteriormente los filtros en el servidor. Pero esto además de innecesario –pues el sistema ya es lo suficientemente rápido–, le daría una sobrecarga a los servidores.
Tú como usuario que sólo disfruta de su red social favorita, lo único que ves es que cuando acabas de rellenar la información la fotografía ya está subida, lo que te da la sensación de que Instagram es increíblemente veloz. Pero es todo una falsa sensación, aunque efectiva igualmente.
Sin duda se trata de algo que cada vez cobra más importancia: la experiencia del usuario. Y parece ser que Instagram lo ha conseguido en este aspecto: sube las fotos mientras nosotros rellenamos la información y nos ahorra esperas, tiempo, e incluso es más eficiente.
Y también porque la calidad de las imágenes que sube es muymuy baja. Eso cuenta y mucho. No sube ni de coña las imágenes de 8mpx de calidad.
Efectivamente, la calidad con las que las sube es ínfima, aunque aceptable para verlas en un dispositivo móvil. Sin embargo las resoluciones de los nuevos terminales que salen al mercado piden que esa calidad aumente día a día. Esperemos que Instagram se ponga las pilas en ese sentido.
Te escribo para comentar si te has fijado que al subir una foto al instagran a través del 3G, la calidad es mucho más pésima que si lo hacemos mediante wifi. :S