Viernes, día de cine para mí y para muchas personas. No voy a aburriros con la película que iré a ver, pues os puede interesar más bien poco. Hoy vengo a hablaros de la última superproducción de Pixar: Brave.
Seguro que muchos conocéis la historia de esta compañía, la cual se remonta a 1986. En ese año Steve Jobs compró la Computer Graphics Group de George Lucas, renombrándola como Pixar y convirtiéndola en un estudio de animación, en el que desempeñó las funciones de CEO hasta que fue adquirido por la multinacional Walt Disney en 2006 por un precio 740 veces superior al de la compra inicial. 20 años en los que Steve dejó una huella imborrable en la compañía, llevando la excelencia al mínimo detalle en lo que podríamos denominar como el PIXel ARt.
Su muerte no solo supuso un duro golpe para el mundo de la informática, si no también para el del cine. Por aquel entonces Brave se encontraba en su fase final y sus productores, Katherine Safarian y John Lasseter, no quisieron dejar escapar la oportunidad de rendirle su más sincero homenaje durante la película y los créditos finales, otorgándole a uno de los clanes que toman parte en la historia el nombre de Macintosh y brindándole las palabras “Dedicado con amor y gratitud a Steve Jobs. Nuestro compañero, mentor y amigo” en los últimos segundos de la película.
La afectuosa dedicatoria aparece junto a una de las criaturas encargadas en el largometraje de guiar a las personas en sus destinos. Curioso detalle.
Preguntada Katherine por este reconocimiento responde:
Fue una decisión muy natural dadas las circunstancias. Steve murió mientras terminábamos Brave. Él nos transmitió ese espíritu por hacer todo increíblemente perfecto, de hacerlo lo mejor posible. Lo extrañamos mucho.
Brave, indomable, como la mente de Steve. Un ser que tuvo la oportunidad de cambiar su destino y lo hizo, al igual que la joven protagonista Mérida. No estuvo en la creación de Brave, pero su huella está en cada frame de la película y debería estar en la de nuestra vida. Tal y como decía el cofundador de Apple: “Just make it great”.