Estamos asistiendo como consumidores en los últimos tiempos a un fenómeno curioso. Con la llegada de la llamada era post PC, los dispositivos portátiles están pasando a dominar un mercado otrora desconocido para los mismos. Ahora cualquiera que nos crucemos por la calle puede llevar en sus manos un potente dispositivo en forma de tablet o smartphone. Esto ha hecho que públicos de todo tipo, sin necesidad de poseer conocimientos avanzados o al menos intermedios, pasen a suponer un nicho de mercado importante. Y para ellos y por ellos, al menos en parte, han surgido los distintos sistemas operativos para móviles. Con iOS como estandarte de la facilidad de uso, estamos asistiendo además a un proceso llamativo. Cual virus, se está contagiando al otro gran sistema de Apple, el destinado a sus ordenadores, OS X. Asà el hasta ahora sistema operativo encargado de manejar estas potentes maquinas ve como poco a poco va adquiriendo de forma más intensa la esencia de su hermano menor. ¿Esto es bueno o malo? Vamos a ver en esta entrega de X razones por las que, cuales son los tres motivos por los que pienso que no es una buena idea:
Tres razones por las cuales OS X no debe ser iOS:
iOS es un sistema pensado para dispositivos portátiles y la simplicidad de uso que presente es ideal para este tipo de dispositivos. Realizar cualquier acción sin tener que efectuar ajustes, de forma rápida y sencilla. Sin embargo en OS X, quiero tener un sistema que me permita apurar al máximo las posibilidades que ofrecen las maquinas en las que funciona. Las limitaciones que aporta iOS son demasiadas desde mi punto de vista, con muy pocas ventajas. Cierto es que plataformas como Game Center pueden propiciar un mejor uso para todos aquellos que quieran jugar en su Mac o bien aplicaciones como iMessage facilitar nuestras comunicaciones, pero hay otras muchas caracterÃsticas que no termino de ver. Un ejemplo es Mission Control, algo que no uso nunca en Mountain Lion y sin embargo añoro en demasÃa Exposé y Spaces.
iOS está pensado para disfrutarlo en pantallas táctiles. Algo similar a lo que le ocurre a Windows 8, el cual bajo esa fantástica capa al más puro estilo Windows Phone, esconde un sistema operativo más apegado a lo tradicional. Porque reconozcamos que a la hora de trabajar en nuestro MacBook Pro o iMac, preferimos tener la precisión que nos da el ratón y un entorno tradicional. Solo si dispusiésemos de una pantalla táctil obtendrÃamos una experiencia en parte satisfactoria, pero eso a su vez conllevarÃa una dificultad de uso, dada la ergonomÃa que presentan la mayor parte de los ordenadores. En mi caso uso en dos máquinas Snow Leopard y Mountain Lion, y por ahora he de decir que la mayor parte de las utilidades que tiene Mountain Lion provenientes de iOS han pasado sin pena ni gloria ante mis ojos.
Esta última razón está entroncada con la primera. Se debe hacer una distinción entre un público general y otro de carácter profesional. Históricamente OS X y las aplicaciones a él asociadas se han caracterizado por ir destinadas a profesionales que requerÃan herramientas personalizables y que aseguraran resultados óptimos. Las aplicaciones creadas para iOS son todo lo contrario; prescinden de ajustes complicados y van destinados a un usuario que no requiere grandes prestaciones. Ejemplo de esta conversión es Final Cut Pro y la más reciente versión del mismo programa, Final Cut Pro X, el cual ha generado muchas crÃticas desde los ámbitos profesionales.
Son tres razones de carácter muy personal pero seguro que algún usuario se siente identificado con ellas. Habrá otros que no, que prefieran que el sistema para equipos de escritorio de Apple tienda hacÃa una integración con iOS que haga que el paso desde el un iPhone o iPad hacia un Mac, no sea algo excesivamente complicado. Y eso creo que es lo que quiere tanto Apple, como Microsoft o Google con sus sistemas. Todos tienden a crear un sistema unitario que haga más fácil pasar desde un dispositivo móvil a uno de sobremesa, aunque eso suponga dejar algunos elementos por el camino.