Una de las claras desventajas a la hora de usar cables de cobre es que la velocidad que pueden transferir desciende en picado conforme se aumenta la distancia de éstos. Para transferir distancias a altas distancias se usa comúnmente la fibra óptica.
Una asignatura que tenía pendiente la conexión Thunderbolt era esa, que aún no existían cables de fibra óptica que pudieran transferir datos a alta velocidad a lo largo de varios metros, por lo que estos cables eran de cobre y apenas tenían un par de metros de longitud. Su uso no iba más allá que para conectar periféricos a los ordenadores.
Pero ahora Intel ha dado un paso más allá y ha firmado un acuerdo con la empresa de cables de fibra óptica Sumitomo Electric Industries, que será la encargada de la producción en serie de cables de este tipo.
Estos cables podrán tener longitudes de hasta 30 metros, y mantendrán los 10 Gbps de ancho de banda de la interfaz Thunderbolt, ofreciendo pocas pérdidas aún doblando los cables en ángulos de 90 y 180 grados. El cable mantiene el mismo grosor que los Thunderbolt tradicionales de cobre, pero el conector es ligeramente más largo.
De momento no se saben los precios de venta al público ni su disponibilidad, pero es bastante probable que sean bastante caros, porque un pequeño cable Thunderbolt de dos metros cuesta 50 euros en la Apple Store.
El uso de estos cables tendrá una gran utilidad en clústeres de servidores, como algunos de Mac mini que existen a lo largo del mundo, o para conectar unidades de almacenamiento NAS remotas en empresas. La principal desventaja respecto a los cables Thunderbolt de cobre es que los de fibra óptica no tienen la posibilidad de dar alimentación a los equipos a los que se conectan, por lo que éstos solo pueden transmitir datos, pero dado el uso que tendrán, esto no será un impedimento.
Por último, recalcar que Intel ha asegurado que no habrá que hacer cambios a los sistemas con Thunderbolt actuales, que todos son compatibles tanto con cables de cobre como de fibra óptica.