Instagram. Filtros. Vintage. Fotos. Hipsta. Son algunas palabras que oímos a menudo y están de moda. Hacer fotos cuadradadas se ha convertido en una fiebre en honor a las cámaras Polaroid, y como no a la Instamatic de Kodak, empresa líder de la fotografía analógica en otros tiempos. Pensando en todo esto lo primero que nos viene a la cabeza es Instagram, aplicación mundialmente conocida con miles de usuarios y además propiedad de Facebook, pero quien estaba antes ahí era Hipstamatic. Más o menos se llevan un año de diferencia, pero el bum de una y de otra ni se asemejan, y hoy vamos a intentar ver el por qué y a darle una oportunidad a Hipstamatic.
Hipstamatic apareció a finales del año 2009 y se convirtió en aplicación del año por Apple en 2010. Así que calidad no le faltaba. La aplicación trata de emular una cámara analógica con lentes, películas o carretes y flashes intercambiables y combinables, lo que da a las fotografías infinidad de acabados y efectos analógicos únicos. Como reza su eslogan: “la fotografía digital nunca se vio tan analógica”.
La verdad es que el desarrollador de la aplicación es todo un visionario, algunas de sus declaraciones fueron ”quiero que Hipstamatic sea el Kodak de la era digital”, pero ahora la empresa está cerca de la bancarrota. Y es evidente que este mercado es uno de los más importantes, sino el que más, dentro del mundo de las aplicaciones y smartphones: las fotos están detrás el éxito de Facebook, y por eso precisamente compró Instagram; ¡incluso durante el año pasado Instagram superó en usuarios activos a Twitter! por eso Google compró Snapseed, para contraatacar, y también podría explicar la popularidad creciente de Pinterest, Camera+, 500px o Tumblr. Como comentan algunos, todo esto motivó a Apple a lanzar las fotos en streaming.
Como decía, en 2010 fue el bum de Hipstamatic, modelo de negocio que se basaba en la compra a través de la aplicación de los accesorios fotográficos: las lentes, films y flashes, después de haber pagado poco menos de 2 euros por la aplicación. Este puede ser uno de los factores decisivos de por qué Instagram se puso en cabeza: la percepción de estar pagando por algo que lo puedo conseguir gratis. Seguramente muchos pensarán así.
Otro de los factores relevantes es el social: en Hipstamatic puedes compartir las fotografías tomadas en Facebook, Twitter o Flickr, por lo que no montas una red social fotográfica alrededor de la web. Puede que a la empresa le faltará visión o recursos, pero este creo que es uno de los factores más clave del éxito arrollador de Instagram. La simplicidad de crear una cuenta, empezar a seguir el vecino, el timeline de fotos… Todo eso se traduce en 15 millones de usuarios en enero de 2012, cuando Hipstamatic estaba alrededor de los 4.
Aún sin ese componente social, Hipstamatic generaba beneficios –haced las cuentas de usuarios por el precio de cada pack–. Como comentaban los amigos de Fast Company el pasado año, Hipstamatic se estaba convirtiendo en cierto modo en el Kodak contemporáneo. Hipstamatic intentó seguir la evolución de este mercado a su bola intentándose adaptar, pero llegó demasiado tarde.
El plan de rescate era crear una aplicación nueva, que juntase alrededor de una línea temporal nuestras fotografías de Twitter, Tumblr o Instagram, y integrando evidentemente Hipstamatic como cámara. El problema era que esa unión era básicamente lo mismo que Instagram. Así que lo único que quedaba era “unirse al enemigo”. Desde hace poco más de un año es posible compartir las fotos que tomamos con Hipstamatic en Instagram. De hecho, los CEOs de las dos empresas dicen ser amigos.
Poco después Facebook compró Instagram y ya sabemos como continúa la historia. Así que de verdad os animo a probar Hipstamatic si os gusta la fotografía analógica. Me encanta combinar lentes y carretes distintos y ver el efecto que consigo con cada uno de ellos. Se asemeja realmente a la fotografía analógica consiguiendo tomas únicas con efectos únicos. ¡Incluso tendréis que esperar a que se revelen las fotos!
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