En la educación obligatoria aparentemente solo han cambiado los temarios, pero en algunos centros ya se utilizan portátiles y tabletas para que los alumnos interactúen más con las clases. Actualmente se puede encontrar varios centros en todo el mundo, en el cual también se incluye España, que dan un portátil o un iPad a sus alumnos para que realicen sus actividades docentes durante el año académico.
Pero el gran cambio lo vemos en las facultades de hoy en día. Hace 10 años era impensable que cada alumno llevase su portátil a clase para coger apuntes y descargar contenidos. Esto lo hacían unos pocos privilegiados que querían ir más allá. En las facultades de hoy en día es raro no ver portátiles y tabletas en una clase, es algo de lo más habitual. Las universidades (unas mejor que otras) ya han equipado sus edificios con Wi-Fi gratuito, para sus estudiantes y cuerpo docente, y más enchufes en las aulas para que los alumnos no se queden sin batería.
Son muchos los que aun a día de hoy siguen confiando más en el papel que en la tecnología en las aulas, pero cada vez van a menos. El portátil surgió como el acompañante ideal para estos estudiantes y profesores a la hora de estar en clase, ya sea para tomar apuntes o dar las clases, pero tenía unos pequeños inconvenientes. Estos inconvenientes los conoceréis todos, son la batería limitada y el peso de estos portátiles para transportar.
Sobre el primero se ha intentado aumentar lo máximo posible con la intención que aguante una jornada sin necesidad de estar enchufado. Actualmente tenemos en el mercado baterías de entre 5 y 7 horas de autonomía, suficiente si tienes una media de 4 horas de clase al día, pero normalmente no es el caso. El segundo inconveniente viene muy ligado al primero, ya que cuanto más grande es la batería, más peso tiene el portátil. Gracias al paso de los años, han llegado a rebajar el peso de estos portátiles sin que influya con la duración de la batería, llegando a pesar un mínimo de 1Kg. en las versiones más ligeras, cosa que muchas espaldas agradecen.
Pero en los últimos 4 años ha surgido un rival muy fuerte en este campo, hablamos del iPad. La tableta de Apple es ideal para tomar apuntes, estudiar, leer, ver diapositivas de los trabajos, ver vídeos y más. Actualmente esta tableta nos ofrece lo mismo que necesitamos de un portátil en las aulas. Apple lo sabe y explota este concepto con descuentos para estudiantes y aumentando las aplicaciones docentes en su App Store. Un ejemplo sería la aplicación de Apple iTunes U, una app universal creada por y para la enseñanza. En ella puedes asistir a cursos, apuntes de asignaturas, tutoriales… de forma completamente gratuita.
Pero como en todos lados, siempre hay gente que no lo ve claro. Muchos ven incomodo escribir en un teclado virtual, pero lo cierto es que a la que te acostumbras puedes llegar a escribir de una forma muy cómoda y rápida, tal y como ha pasado con la sustitución de los teclados físicos por los táctiles en los móviles. Pero también, si no quieres pasar por este cambio, existen multitud de teclados compatibles con el iPad gracias al Bluetooth, como por ejemplo el propio teclado inalámbrico del iMac.
Pero sin duda, lo que hace que el iPad sea un compañero ideal en las aulas es la gran duración de su batería, unas 10 horas de autonomía, y su reducido peso, que puede ir desde los 601g. hasta los 662g. dependiendo el modelo y el año del iPad. Por otro lado, sufre la pega del alto precio que cuesta hacerse con él, pero bien queda claro que es una muy buena inversión gracias a sus multiples usos y prestaciones. Por supuesto hay que saber que aplicaciones utilizar para el tipo de actividad que deseamos hacer, por ello llevamos a cabo la sección de Un día cualquiera con mi iPad, donde cada uno de nuestros editores explica cómo, dónde y porqué utiliza este dispositivo.
Desde mi punto de vista, el iPad está cambiando la forma de acudir a clase, ya que hace tres años apenas lo veíamos en las aulas, pero ahora hay casi tantos, o más, que portátiles. Nunca fue tan fácil llevar siempre encima todo lo necesario para superar nuestras metas académicas.
