Desde que Safari fuera incluido por primera vez como navegador por defecto en Mac OS X 10.3 en junio de 2003 hasta que su sexta versión viera la luz, coincidiendo con el lanzamiento de Mountain Lion, ha pasado casi una década. A lo largo de su longeva vida ha conseguido llegar a hacerse un hueco entre la amplia oferta de navegadores, llegando a generar el 5,43 por ciento del tráfico en equipos de escritorio.
No obstante, pese a sus numerosas bondades, muchos usuarios –entre los que se incluye un servidor– siguen prefiriendo recurrir a la competencia en sus quehaceres cotidianos por diferentes motivos y precisamente éstos han propiciado esta entrada; una entrada en la que trataré de exponer, desde mi punto de vista, las carencias que encuentro en Safari que me hacen decantarme por Chrome en mi día a día.
Extensiones y personalización
Quizá, el argumento de mayor peso. La cantidad de extensiones y aplicaciones web disponibles para el navegador de Google es sencillamente abrumadora y como antiguo usuario de Mozilla Firefox, algo esencial para mí. No soy partícipe de tener instalados 50 add-ons que terminen repercutiendo en el rendimiento del navegador pero sí que existe un reducido número que considero de obligada instalación en mis equipos.
Hablo de Gestures for Chrome, Yet Another Drag and Go, Adblock Plus, Auto-Translate, Search by Image, Speed Dial o X-Notifier entre otras, extensiones que contribuyen notablemente a mejorar mi productividad. En favor de Safari, he de decir que la oferta de éstas ha venido in crescendo en las últimas fechas y que de forma nativa ya cuenta con un buen puñado de añadidos, pero sigue sin brindarnos la facilidad o la tranquilidad de recurrir a la web store y poder dar con una herramienta que nos permita realizar una acción determinada en un momento de necesidad.
Lo mismo ocurre con la personalización. Pese a que siempre me ha gustado mantener limpia la interfaz de Chrome, entiendo que haya muchos usuarios que prefieran darle un toque diferente a los suyos, algo tan sencillo como elegir el tema que más nos guste y aplicarlo; tener la opción de cambiar el look de nuestro navegador siempre es bienvenido.
Optimización y rendimiento
El MacBook Pro que utilizo a diario lleva en sus entrañas un procesador Intel Core i7 y 8 GB de memoria RAM y por lo tanto, no tengo ningún tipo de queja respecto al rendimiento que me ofrece a la hora de mover aplicaciones pesadas, pero utilizando indistintamente Chrome y Safari, he podido apreciar de primera mano que éste resulta mucho más pesado que aquél, llegando a consumir hasta 200 MB de memoria en igualdad de condiciones.
Obviamente no es un problema que dificulte una correcta navegación, pero quizá sí repercuta en la experiencia de uso –expresión que parece estar de moda últimamente–. No cabe duda de que las animaciones en las transiciones de Safari son muy vistosas, pero personalmente, prefiero conseguir una mayor agilidad aunque se traduzca en unos efectos más austeros.
Por otra parte, el hecho de tener algunos plug-ins como Adobe Flash Player integrados directamente en Chrome y habilitados de forma predeterminada, lo considero otro punto a favor. A título personal, recibir actualizaciones de forma silenciosa sin tener que preocuparme por asuntos triviales como los recientes bloqueos por cuestiones de seguridad, me parece un verdadero avance.
Integración con los servicios de Google
Soy usuario tanto de iOS como de OS X, pero también de Android y gracias a este último, he aprendido a sacar partido a los servicios de Google. Por ello, me parece interesantísima la posibilidad de tenerlos integrados dentro del navegador. Tan solo con loguearme con mi cuenta de usuario de Gmail, puedo acceder rápidamente a todos mis marcadores, historial de navegación, pestañas abiertas, extensiones instaladas e incluso contraseñas guardadas. Algo que es de agradecer y que realmente echo en falta cuando utilizo Safari.
No me malinterpretéis, Safari 6 se ha convertido en un robusto navegador que dispone de una integración exquisita con los diferentes sistemas operativos de Apple, amén de un buen puñado de añadidos como podrían ser Lector, la opción de compartir en las distintas redes sociales o la posibilidad de añadir páginas a las listas de lectura. Sin embargo, sigo echando en falta ese plus que me anime a dar el salto definitvamente.
Y vosotros, ¿qué navegador utilizáis?
Lo de ponerte en ordenador ajeno, loguearte en chrome y sentirte como en casa sin importar el SO no tiene precio.