Apple se centra hoy en su iMac para hacerlo un poquito más personalizable a cambio de hacer que nuestra cartera tiemble. Ahora amplían las opciones a la hora de elegir unidad de almacenamiento. Los protagonistas son los discos de estado sólido, que ahora podemos elegirlos en capacidades de 256 GB, 512 GB y 768 GB.
Pero estas configuraciones no son precisamente baratas, ya que hacernos con uno de estos nuevos discos nos cuesta entre 300 euros y 900 euros, que vienen a reemplazar al disco duro tradicional de 1 TB que viene de serie con todos los iMac.
Lo más destacable lo vemos en el iMac de 21,5 pulgadas, que por fin ofrece discos SSD puros, ya que antes sólo nos permitía elegir opciones con disco duro mecánico y Fusion Drive (disco duro + SSD). Ahora además de estas opciones, tenemos discos SSD desde 256 GB a 512 GB.
El modelo de 768 GB queda reservado únicamente para el modelo de 27 pulgadas sin lógica alguna, pues físicamente ocupan lo mismo estos discos SSD, pero para montar el SSD de 768 GB habrá que desembolsar 900 euros, que son casi una fracción de lo que vale el ordenador, a todos ojos descabellados.
Lo peor es que no podemos pensar en ampliaciones futuras, porque los nuevos iMac son casi imposibles de desmontar, y solo en manos de un profesional podríamos acceder a sus tripas para cambiar el disco duro.
Por supuesto, todos los modelos mantienen las configuraciones originales, pero ahora añaden los discos SSD puros como opción. Parece ser que Fusion Drive no es muy popular y Apple quiere dar más opciones, pero con esos precios absolutamente desorbitados, pocos serán los que se saldrán de las opciones básicas de configuración, que ya son lo suficientemente caras.
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