Apple Vintage: Power Mac G5, el equipo aclamado como el primero en utilizar arquitectura de 64 bits

Ya estamos de vuelta, una semana más, en Apple Vintage, la sección retro de Applesencia en la que recuperaremos los productos que han ido marcando la evolución de Apple hasta convertirse en la compañía que todos conocemos hoy en día. Hoy abriremos el baúl de los recuerdos para desempolvar el Power Mac G5, el potente ordenador de sobremesa encargado de sentar las bases del Mac Pro, que hace solo unos días celebró su décimo aniversario.

El Power Mac G5 fue anunciado a bombo y platillo durante la Worldwide Developers Conference de 2003; de hecho esta semana hace ya diez años de aquella presentación. El impacto y la controversia que generó, después de que Steve Jobs lo catalogara en su presentación, como el ordenador más rápido del mundo, llegaron hasta tal punto que sus primeros comerciales de televisión fueron vetados en Reino Unido por considerarlos publicidad engañosa.

Sin lugar a dudas, lo que más destacaba a simple vista del equipo era su chasis, fabricado íntegramente en aluminio anodizado; un diseño que se convertiría en seña de identidad de Apple y sería adoptado por su sucesor, manteniéndose prácticamente intacto durante la década posterior. Y no solo eso, sino que aún hoy día, continúa presidiendo los escritorios de un gran número de usuarios quienes, lejos de considerarlo un ordenador antediluviano, siguen apreciándolo como una máquina robusta y fiable, cuyo diseño ha trascendido el paso del tiempo.

Características del Power Mac G5

Originalmente, fueron lanzados tres modelos que compartían el mismo cuerpo metálico, pero diferían en cuanto a prestaciones y rendimiento:

• El modelo base, cuyo precio era de 1.999 dólares, montaba un procesador PowerPC G5 a 1,6 GHz, 256 MB de memoria DDR SDRAM –ampliables hasta 4 GB–, disco duro Serial ATA de 80 GB a 7.200 RPM, tarjeta gráfica Nvidia GeForce FX 5200 Ultra de 64 MB y una unidad óptica SuperDrive 4X. En lo que a conexiones y conectividad se refiere, los tres Power Mac G5 presentados contaban con dos salidas de vídeo, compuestas por un puerto Apple Display Connector y un DVI, tres puertos USB 2.0, dos puertos FireWire 400 y un FireWire 800, un módem de 56K y por último, un puerto Ethernet 10/100/1000Base-T; a la hora de la compra, era posible configurarlos con una tarjeta AirPort Extreme 802.11b/g y un módulo Bluetooth 1.1.

• El segundo en liza alcanzaba los 2.399 dólares y hacía gala de un PowerPC G5 a 1,8 GHz, 512 MB de memoria RAM PC3200 DDR, ampliables hasta los 8 GB, 160 GB de disco duro Serial ATA a 7.200 RPM, gráfica Nvidia GeForce FX 5200 Ultra de 64 MB y la misma SuperDrive 4X que su hermano pequeño. Adicionalmente, tanto este modelo como el superior, disponían de ranuras PCI-X lo que ampliaba, si cabe, el abanico de opciones de expansión.

• En último lugar se encontraba el tope de gama que coqueteaba con los 3.000 dólares. Para conseguir una potencia sin parangón, se optó por dotar a la máquina de 2 procesadores PowerPC G5 a 2,0 GHz cono 512K de caché L2, que estaban bien secundados por sus 512 MB de RAM PC3200 DDR, su disco duro Serial ATA de 160 GB a 7.200 RPM y su tarjeta de vídeo ATI Radeon 9600 Pro de 64 MB.

Como contrapunto a la mencionada caja metálica empleada para albergar su hardware, y debido a que era más grande y pesada –17,8 kg– que la de su predecesor, muchos se llevaron las manos a la cabeza al contemplar que en su interior solo había bahías de ampliación para una unidad óptica y dos discos duros.

A modo de curiosidad, durante la keynote, el difunto CEO de la multinacional de Cupertino afirmó que en los 12 meses posteriores, el Power Mac G5 alcanzaría los 3.0 GHz, algo que jamás llegó a plasmarse y solo lograría crecer hasta los 2,7 GHz, tres años después de haber visto la luz.

Desde su puesta en escena, hasta que finalmente fue descontinuado a finales de 2006 para dejar paso al Mac Pro y a los procesadores Intel, el Power Mac G5 sufrió diversas revisiones de hardware acordes a las exigencias del mercado; así, llegarían las memorias DDR2, los procesadores de cuatro núcleos, o las eficientes Nvidia GeForce 6600, capaces de ofrecer, no solo un mejor rendimiento, sino también resoluciones mucho mayores.

Sus holgadas especificaciones, sus posibilidades de expansión y, cómo no, su vanguardista y sólida construcción –que ha llevado incluso a que muchos aficionados al hackintosh reciclasen su carcasa y encajasen en ella sus placas base convencionales–, han sido motivos más que suficientes para ganarse un lugar privilegiado dentro de la dilatada historia de Apple.

Hasta aquí hemos llegado por hoy. Dentro de 7 días continuaremos con nuestro particular repaso por la fructífera historia de Apple. ¡No os lo perdáis! Si ansiáis que desempolvemos algún producto en particular o si tenéis en casa alguno que os gustaría que incluyésemos en futuras entregas, os invitamos a que lo compartáis con nosotros.