Apple Vintage: Power Mac G4 Cube, una buena idea que no tuvo la repercusión que se esperaba

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Regresamos una semana más con Apple Vintage, sección en la que viajaremos al pasado con la intención de rendir un pequeño homenaje a los productos que Apple ha ido lanzando a lo largo de su historia. Hoy retrocederemos hasta el año 2000 para ojear una de sus páginas más sonrojantes; hablamos, cómo no, del Power Mac G4 Cube, un equipo dotado de un diseño sublime pero cuyo desmesurado precio terminó traduciéndose en un descalabro a nivel de ventas.

Apple Vintage: Power Mac G4 Cube

Ya estamos de vuelta, una semana más, en Apple Vintage, la sección retro de Applesencia en la que recuperaremos los productos que han ido marcando la evolución de Apple hasta convertirse en la compañía que todos conocemos hoy en día. Hoy abriremos el baúl de los recuerdos para desempolvar el malogrado Power Mac G4 Cube, un compacto ordenador que hacía gala de un diseño excepcional, pero cuyo desmesurado precio terminó traduciéndose en un rotundo fracaso comercial.

Diseñado por el propio Jony Ive, el Power Mac G4 Cube fue anunciado en julio del año 2000. Se presentó como un producto a medio camino entre el iMac y el Power Mac G4, que aunaba las bondades de ambos: el diseño del primero, sin obviar la potencia y posibilidades que ofrecía el segundo. Una apuesta por el mercado empresarial, como respuesta para aquellos que demandaban una máquina agradable a la vista, con más opciones a la hora de elegir monitor.

Precisamente, en su diseño vanguardista, que destacaba por su cuerpo cúbico de apenas 20 x 20 x 25 centímetros, envuelto en una carcasa de metacrilato, residía su gran atractivo. Aunque contaba con soporte interno para ello, carecía de ventiladores; en su lugar, empleaba un sistema de enfriamiento que funcionaba por convección.

Características del Power Mac G4 Cube

Vista trasera del Power Mac G4 Cube

El pequeño cubo albergaba en su interior un procesador PowerPC G4 a 450 MHz, aunque si bien es cierto, era posible configurarlo a 500 MHz a la hora de su compra; el modelo base disponía de 64 MB de memoria RAM PC-100 SDRAM que podía ser ampliada hasta un máximo de 1,5 GB, y un disco duro Ultra ATA de 20 GB. La tarjeta gráfica que montaba de serie era una ATI Rage 128 Pro de 16 MB SDRAM, pero bajo demanda del comprador, era posible sustituirla por una NVIDIA GeForce2 MX de 32 MB.

Cabría hacer un inciso en lo que a la tarjeta de vídeo respecta. Y es que, aunque ésta fuese accesible al usuario y por lo tanto, reemplazable gracias a su puerto AGP estándar, debido a las reducidas dimensiones del equipo no había suficiente espacio para tarjetas de longitud completa.

Lo cierto es que, en la práctica, el Power Mac G4 Cube era prácticamente tan versátil como su hermano mayor, y a pesar de que carecía de slots PCI, tenía 3 puertos de expansión de memoria RAM, un puerto para unidades AirPort, dos puertos FireWire 400, 2 puertos USB 1.1 de doble canal, salidas VGA y ADC, módem de 56k y un puerto Ethernet 10/100Base-T.

Una de las quejas más comunes por parte de muchos clientes, fue la relacionada con la ausencia de entradas y salidas de audio convencionales. El popularmente conocido como Cube, incluía un amplificador externo por USB con salida para auriculares, y dos altavoces fabricados por Harman Kardon.

La parte dedicada a la unidad óptica tampoco iba a andar a la zaga, y se optó por implementar un poco convencional lector de DVD y grabador de CD, de carga por ranura vertical.

Vista superior Power Mac G4 Cube

Siendo francos, el Power Mac G4 Cube ni siquiera estuvo cerca de convertirse en el éxito que Apple había esperado que fuese. Echando la vista atrás, el consenso general en torno a su batacazo es que en Cupertino no evaluaron apropiadamente el mercado, convirtiendo el Cube en un caro equipo de lujo, en lugar de haberlo concebido como un iMac más barato, carente de monitor. No cabe duda de que los 1.799 dólares que costaba inicialmente –exactamente, 200 dólares más que el Power Mac G4 más barato–, se convirtieron en la verdadera lacra del ordenador.

Nunca llegó a ser descontinuado de forma oficial, pero en julio de 2001, en un intento vano de que el mundo olvidase el enorme varapalo que supuso, Apple suspendió su producción indefinidamente. En la actualidad, gracias a su exquisito diseño, se ha convertido en un objeto de culto, hasta tal punto que ha llegado a ser exhibido en el MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Hasta aquí hemos llegado por hoy. Dentro de 7 días continuaremos con nuestro particular repaso por la fructífera historia de Apple. ¡No os lo perdáis! Si ansiáis que desempolvemos algún producto en particular o si tenéis en casa alguno que os gustaría que incluyésemos en futuras entregas, os invitamos a que lo compartáis con nosotros.

Archivado en Apple Vintage, Historia
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