Han sido muchas las actualizaciones — tanto de software como de hardware — que han ido apareciendo en el universo iPhone. Pero desde la aparición del iPhone allá por 2007 hasta el iPhone 4S los desarrolladores han tenido un mismo patrón de diseño ya que todos los dispositivos han ido teniendo el mismo tamaño de pantalla. Se evitó la fragmentación y el trabajo extra para los desarrolladores.
Pero pasan los años, la competencia no para de agrandar el tamaño de las pantallas y las 3,5 pulgadas se empiezan a quedar pequeñas. Pero, como siempre, Apple quería caminar sobre seguro y no sacar un “pantallón” sin hacerlo con una calidad envidiable. Y entonces, apareció el iPhone 5 con sus cuatro pulgadas y una peculiar característica, la pantalla aparece con formato 16:9 dando un giro radical a lo que veníamos viendo hasta ahora. Después de 5 años, los desarrolladores tendrían que adaptar el diseño de sus aplicaciones a estas nuevas características.
Tras esta primera gran variación, las empresas desarrolladoras de aplicaciones avisaban a sus clientes de que deberían adaptar sus aplicaciones. Tenemos el ejemplo de Tapadoo que, aconsejaba a sus clientes rediseñar sus aplicaciones, aún a parecer que querían hacer caja. La empresa muestra alguna de las conversaciones típicas que tuvieron con sus clientes momentos previos al lanzamiento del nuevo iPhone.
– Entonces, ¿qué sucede si no modificamos la aplicación? ¿funcionará en el iPhone 5?”. – Sí, se ejecutará. Apple tiene un modo especial de compatibilidad a través de letterboxing (se le explica al cliente este proceso). – Eso suena genial, vamos a dejarlo así. – ¿Está usted seguro? (se le explica al cliente los inconvenientes del letterboxing). – Seguro, dejémoslo.
Llegó el iPhone 5. Y aquellas aplicaciones no rediseñadas se veían en este dispositivo con unas horribles franjas horizontales de color negro que rellenaban la aplicación por arriba y por abajo para cubrir la zona de la pantalla — fruto del proceso de letterboxing –. Los usuarios huyeron horrorizados de estas aplicaciones y fue entonces cuando los clientes mandaron rediseñar sus aplicaciones de forma urgente ya que se percataron del desastre que podría suponer.
iOS 7 se acerca y los efectos pueden ser similares
Esta vez no se trata de un cambio a nivel de hardware se trata del mayor cambio que ha habido entre una versión y otra del sistema operativo móvil de la empresa de la manzana mordida. La interfaz ha sido completamente rediseñada y las aplicaciones que quieran seguir en lo más alto, tendrán que adaptar sus diseños a los patrones establecidos por la empresa de Cupertino en esta nueva versión del sistema.
Está claro que tras un cambio de gran magnitud es necesario y, me atrevería a decir que, obligatoria la adaptación a estas nuevas condiciones. Esto podemos aplicarlo a cualquier cambio en el ámbito tecnológico. En definitiva, y tal como indica nuestro título, se trata de renovarse o morir. Estoy seguro al cien por cien que los grandes desarrolladores de aplicaciones para iOS están adaptando ya sus diseños a iOS 7. Sin duda, son muchas las ganas de ver completamente acabado el nuevo sistema y ver el trabajo que han realizado los desarrolladores para adaptar sus aplicaciones.