Vine llegó a nuestras tecnológicas vidas como un soplo de aire fresco, enseñándonos todo lo que se puede hacer con un vídeo de tan solo seis segundos. Pese a ello, Instagram no iba a quedarse atrás y habilitó prácticamente la misma función que Vine subiendo el tiempo a 15 segundos y permitiendo añadir filtros.
Las diferencias entre ambos servicios son básicamente dos. Una es que Instagram ya cuenta con una base de usuarios muy grande y que Vine ha empezado desde cero. La otra gran diferencia es la empresa que sustenta a cada una de las dos, siendo Facebook y Twitter respectivamente.
Por eso la guerra está servida, y aunque parece que la cosa está reñida, lo cierto es que el interés en Vine ha disminuido bastante si lo comparamos con Instagram. Por eso, esta actualización es justamente una resignación a morir. Vine tiene mucho que darnos aún.
En cuanto a la actualización, se puede destacar un gran cambio. Se han añadido canales donde organizar de manera más pulcra todos nuestros vídeos. Además, se han añadido mejoras referentes al encuadre de los vídeos, y otras mejoras respecto a los revines –los retweets de Vine–. Destacable también el hecho de que ahora existan cuentas protegidas y que exista la opción de aprobar a tus seguidores.
Por su puesto, a todo esto sumamos las típicas mejoras de estabilidad y velocidad en la propia aplicación y alguna que otra función secundaria. Quizá lo más importante de esta actualización es su significado. Instagram ya es un servicio asentado, y Twitter quiere plantar cara con Vine. Plantar cara a Facebook, en realidad.
Quizá la guerra que ahora existe entre estos dos gigantes nos invita a reflexionar en lo que significa que Vine mejore tanto su aplicación. Si bien los creadores de Vine en su momento se rieron de Instagram por su entrada en el mundo del vídeo, quizá ahora deberían estar un poco más preocupados. ¿Créeis que le han visto las orejas al lobo?
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