Hace unos días mi compañero Diego escribió un artículo mostrando las velocidades del procesador A7 montado en el nuevo buque insignia de Apple, el iPhone 5s. Desde que este teléfono apareció se han escrito verdaderos ríos de tinta electrónica hablando sobre lo bueno o malo que es este nuevo procesador, pero no siempre hemos podido ver en acción que tal se desenvuelve en el día a día.
Hoy os traemos una nueva prueba del rendimiento de este procesador, ante el que antes era la estrella de los teléfonos de la empresa de la manzana mordida, el iPhone 5. Para ver cuál de los dos es más rápido, y cuanto, lo mejor es ponerlos a trabajar juntos, realizando la misma tarea y en las mismas condiciones, y eso es lo que podemos ver en el siguiente vídeo.
Desde Mac Future nos traen este vídeo en el que vemos frente a frente un iPhone 5 y un iPhone 5s renderizando un vídeo desde la aplicación iMovie de Apple. En principio el vídeo a renderizar es el mismo, importado desde iMovie del Mac, y las condiciones del teléfono son las mismas, exportándolo a 1080p, aunque vemos que uno es de AT&T y el otro es de T·Mobile, que uno tiene el Bluetooth activado y el otro tiene la localización, pero, aún así, los resultados son increíbles.
Como podemos ver en el vídeo, el iPhone 5s tiene un procesador mucho más potente, lo que le permite realizar las tareas mucho más rápido. Esto es lógico, ya que estamos hablando de un procesador de siguiente generación, y, por lo tanto, más potente que el anterior. No voy a hablar más de las bondades de este procesador en contra de los anteriores de Apple o de los de otras compañías, pues creo que se ha dicho ya mucho sobre este tema, pero sí querría hacer ver que el procesador que actualmente montan los de Cupertino nos permite ser mucho más ágiles con nuestros smartphones.
¿Es esto importante? Pues la verdad es que, para mí, es la base de comprarme un teléfono u otro. Personalmente opino que unos segundos perdidos en esperar a que nuestro teléfono termine de ejecutar ciertas acciones hacen que la experiencia de usuario sea algo inferior. Es decir, ya se que solo son segundos, e incluso en ocasiones ni eso, pero eso es lo que denota más fluidez en un sistema. Y al fin y al cabo, lo que todos queremos al usar un teléfono es que sea lo más fluido posible y que su funcionamiento sea correcto, es decir, que pulsemos en la pantalla y que se ejecute lo que solicitamos lo antes posible.
El nuevo A7 de Apple es una verdadera bala a la hora de ejecutar el código de iOS 7, pero es lo lógico, ya que se ha diseñado y fabricado para eso. Por eso supera a la competencia sin necesidad de ser tan potente como el resto, porque no tiene que adaptarse a las posibles especificaciones que puedan añadirle o que se incluyan más adelante. Si Android, Windows Phone o cualquier otro sistema operativo móvil funcionase con este procesador es posible que no funcionase tan fluido, o incluso que “renquease” como un perro viejo por falta de potencia, ya que esos sistemas no está fabricados para este procesador, sino para todos los que hay en el mercado, lo que los hace mucho más pesados.
Ahí es donde, para mí, radica la grandeza de Apple, en que sabe diseñar y fabricar sus dispositivos como si fuese un puzzle en el que cada una de las piezas encaja perfectamente, desde el software hasta el hardware, porque han sido diseñadas para tal fin. Los que decidimos comprarnos un dispositivo Apple sabemos que, quizás, es más caro que la competencia (aunque no siempre), pero preferimos pagar un poco más por algo que sabemos que nos va a funcionar a la perfección.
