Parece ser que las cosas no están yendo tan bien como los de Microsoft esperaban, y es que ya ha pasado un año desde el lanzamiento de Windows 8 y no ha sido hasta ahora cuando el sistema operativo de los de Redmond ha superado la cuota de mercado de OS X. Los grandes rivales de Windows 8 siguen siendo Windows XP y Windows 7 y esto no termina de gustar.
Acostumbrados a un mercado en el que los sistemas mayoritarios son Windows, sorprende que una nueva versión del sistema operativo tarde más de un año en ponerse por encima de los sistemas operativos OS X que tan sólo tienen un 6,32% de cuota de mercado. En un mercado en el que Windows 8 ha conseguido un 7,4 por ciento de cuota y que Windows 7 sigue siendo el sistema mayoritario con un 45,63% ni más ni menos.
A principios de julio, Windows 8 apenas había superado a su predecesor menos exitoso, Windows Vista, en términos de uso, pero todavía estaba por debajo de Mac OS X. Ahora, el nuevo sistema operativo de los de Redmond, con interfaz altamente centrada en el uso en dispositivos táctiles ha superado a la plataforma de escritorio de Apple.
No sabemos qué es lo que está fallando en este nuevo sistema operativo de Microsoft, ya que, como hemos analizado desde Applesencia, ha mejorado muchos de los defectos que venía arrastrando Windows desde su creación y presenta un aspecto bastante agradable e intuitivo para el usuario. Parece ser que la interfaz Metro asusta a los usuarios menos experimentados y el miedo a lo nuevo, tira para atrás a los consumidores.
Sólo se nos ocurre esta opción, ya que, de no ser por eso, la culpa sería de una mala campaña de marketing por parte de Microsoft. Algo también extraño ya que, cualquier ordenador que compremos a día de hoy en una tienda incorpora de serie Windows 8 preinstalado, con lo cual, por muy malos que sean los anuncios, al final, si somos algo dejados en cuanto al software y sistema operativo de nuestro ordenador, acabaremos usándolo de igual manera.
En octubre verá la luz la nueva versión del sistema operativo, Windows 8.1 que dará a los usuarios más opciones para configurar la interfaz y añade más funcionalidad a esta. Aunque los analistas no parecen demasiado convencidos de que esta nueva versión del sistema operativo pueda reactivar las ventas de Windows 8 e imponerlo en la mayoría de los ordenadores y conseguir que siga ganando cuota de mercado, por mi parte lo veo algo probable, ya que me parece de los mejores Windows que hemos visto en los últimos años.