Hoy precisamente se cumplen dos años de la muerte de Steve Jobs, y qué mejor dÃa de hoy para conocer un poquito más acerca de una de las keynotes más recordadas de toda su vida: la presentación del iPhone en 2007.
Asà pues, Fred Vogelstein publicó en el New York Times una serie de detalles de la mano de Andy Grignon, Tony Fadell y Scott Forstall –todos ellos ya fuera de Apple– de lo que ocurrió entre bastidores en dicha presentación del 9 de enero de 2007.
Andy Grignon era el director de antenas del iPhone, y la noche previa a la presentación fue horrible. Jobs insistÃa en una demostración en directo del prototipo del iPhone, cuyo software aún estaba en estado prematuro de desarrollo. Era muy normal que se cayeran las llamadas, se perdiera la conexión a Internet o que directamente se apagara el teléfono.
El iPhone podÃa reproducir un fragmento de una canción o un vÃdeo, pero no podÃa reproducirlos enteros sin colgarse. Funcionaba bien si enviabas un correo y después navegabas por Internet. Pero si lo hacÃas al revés probablemente se colgarÃa. Horas de prueba y error ayudaron al equipo a crear el “patrón dorado” donde el software funcionaba bien para ser mostrado en la presentación.
Hasta el dÃa de la presentación solo existÃan 100 iPhone, con bastantes inconsistencias y falta de calidad, como arañazos o juntas mal rematadas entre la pantalla y el marco de plástico. El sistema operativo también estaba lleno de errores, como podÃamos ver anteriormente. Los errores eran tantos que se programó especialmente para que siempre se mostraran cinco barras de cobertura.
Tras la aprobación de Jobs, programaron el sistema para mostrar siempre las cinco barras de cobertura, independientemente de la señal real. Las posibilidades de que la señal se fuera al carajo durante los pocos segundos de la llamada de Jobs eran pequeñas, pero las posibilidades de que se fuera la señal durante los 90 minutos de presentación eran bastante altas. Si la conexión se colgaba y reiniciaba, como era de esperar, no querÃamos que la gente del público lo viera.
El diseño de la carcasa de aluminio del teléfono tampoco tiene desperdicio, y aquà vemos un enfrentamiento real entre artistas/diseñadores e ingenieros:
TenÃa una pantalla táctil y OS X, pero estaba hecho entero de aluminio anodizado. Jobs y Jonathan Ive estaban realmente orgullosos de ello. Pero como ninguno de ellos era un experto en las fÃsicas de las ondas de radio, no eran conscientes de que habÃan creado un bonito ladrillo. Las ondas de radio no traspasan bien el aluminio. Asà que tuvimos que ir al despacho a explicar a Steve y Jony que las ondas no podÃan atravesar el aluminio con facilidad. No fue fácil de explicar. La mayorÃa de diseñadores son artistas, y la última clase de ciencias la dan en el colegio. Nos preguntaron por qué no hacÃamos un pequeño agujero para que las ondas pudieran salir, y entonces te toca explicarles por qué simplemente eso no es posible.
Apple habÃa puesto todos sus esfuerzos en el iPhone, y su éxito radicó sobre todo en una presentación impecable. Lo peor es que no habÃa plan B en caso de un fallo, asà que el equipo tenÃa una presión enorme.
Jobs rara vez fallaba en una presentación, aunque tenÃa siempre un dispositivo de reserva para seguir la demostración en caso de cuelgue. Con el iPhone no habÃa plan B.
A pesar de que hubo montones de factores para que la presentación fuera un desastre, la suerte y destreza estuvieron de la parte de Jobs, convirtiéndola en una de las mejores presentaciones que jamás se hayan hecho jamás de un dispositivo electrónico. Sinceramente, jamás hubiera pensado que Steve Jobs hubiera dado luz verde a una presentación de un dispositivo que estaba tan verde, un iPhone OS en estado de gestación. Realmente el trabajo que hicieron en menos de seis meses para que todo estuviera funcionando a la perfección el dÃa del lanzamiento fue titánico.
Un iPod con pantalla panorámica, un teléfono móvil, un dispositivo de Internet. ¿Lo pilláis? Presentamos el iPhone. Hoy Apple reinventa el teléfono móvil.