Hace un par de días Re/code nos afirmaba tajantemente que el iWatch se presentaría al público el 9 de septiembre en la presentación que Apple anunció ayer oficialmente. Sin embargo, lo último que sabemos es que a pesar de que podremos ver cómo será, no llegará a las tiendas hasta 2015.
En las fábricas chinas no hay ni rastro del iWatch, de ahí que aún no podamos hacernos una idea de su aspecto, más allá de los conceptos creados por diseñadores. Parece ser que ocurrirá como con el Mac Pro, y que los prototipos están siendo ensamblados celosamente en Cupertino, a prueba de cualquier filtración. Seguramente, meses después llegue la producción en masa a China, pero para garantizar que no haya filtraciones, Apple ha tomado esta iniciativa.
Con el iPhone no se pueden permitir ese lujo, pues es un producto cuyo mapa de ruta necesita que sea puesto a la venta a los pocos días de presentarse. El iWatch, al ser un producto completamente nuevo, no está comprometido con nadie. Ni siquiera llegará para navidades, en plena campaña, sino que habrá que esperar para principios de 2015 para verlo en las estanterías.
Con el primer iPhone y el primer iPad hubo que esperar varios meses desde que fue presentado hasta que llegó a las estanterías. Pero dado lo avanzada que está la competencia en el mercado de wearables me parece una mala elección que Apple decida presentar el iWatch, sentar las bases de los wearables del futuro en una presentación histórica, y que de a la competencia unos meses de margen preciosos para que a la llegada del iWatch, ya haya productos a la altura en el mercado.
Aunque técnicamente sea relativamente fácil de alcanzar, los años que lleva Apple investigando, patentando y trabajando con expertos no son en vano, y no es algo que se pueda copiar de la noche al día, así que confío que el iWatch vaya más allá de un dispositivo cool de pulsera que nos de la hora y nos lea las notificaciones de nuestro teléfono móvil.