Lo confieso: no tengo ni puñetera idea de wearables. Es una categoría de producto relativamente nueva a la que no le he prestado demasiada atención hasta ahora, ya que está básicamente dirigida a personas que hacen deporte. Y, me confieso de nuevo, desde hace unos años no práctico deporte.
Ultimamente estoy comenzando a prestarles más atención. Porque a medida que la categoría va madurando, van creciendo sus funcionalidades y usos y creciendo también el número de dispositivos a la venta. Los wearables empezaron como dispositivos para runners o ciclistas, eran toscos y no se preocupaban demasiado por el diseño ni la usabilidad. De repente un buen día comenzaron a ponerse de moda gracias al boom de las aplicaciones de seguimiento y estadística deportiva.
Al mismo tiempo, comenzaron a surgir los rumores de que Apple estaba comenzado a diseñar un reloj que iba a servir para algo más que dar la hora. Comenzaba a aparecer en todas las revistas y blogs la palabra smartwatch. Y, uno detrás de otro, todos los fabricantes de la competencia comenzaron a presentar su smartwatch, su wearable y su gadget cuqui para ponerse, adelantándose a los de Cupertino.
En breve, Apple lanzará su Apple Watch y parece que, como casi siempre su aportación marcará un antes y un después, llevando el concepto hasta dónde no ha sido capaz de llevarlo ninguno de sus competidores. Mientras comprobamos si eso sucede, o no, tiene pinta de que el regalo rey de estas Navidad va a estar enmarcado dentro de la categoría de wearable, ya sea en forma de reloj inteligente o de cuantificador.
Así que he estado durante unos cuantos días empapándome de internet, tiendas y webs oficiales de fabricantes para decidir si me compro uno, y de paso hacer un post en applesencia. Y aquí os dejo las conclusiones a las que he llegado.
Mientras llega el Apple Watch, el único smartwatch que me compraría es el Pebble Steel
Es bonito, comenzó como un proyecto de kickstarter y sus creadores le ponen amor, cariño y pasión, solo hay que visitar su web para comprobarlo. Y el amor, amigos, puede con casi todo. Solo así se explica que un fabricante que sale de la nada cree un producto tan competente, completo y versátil como este. Una pequeña maravilla que planta cara e incluso supera a sus equivalentes de Samsung, LG y Motorola según la mayoría de medios y opiniones que puedes encontrar en internet.
Además de bluetooth 4.0 y todos los bichitos, sensores y cacharrines mágicos que se esperan en un smartwatch, el Pebble Steel tiene una pantalla de tinta electrónica, lo que garantiza una visibilidad perfecta y que su batería pueda durar hasta 7 días. Y con el no solo puedes consultar la hora, también es un cuantificador de fitness, un centro de notificaciones de llamadas y mensajes para tu iPhone, un control remoto para tu música, un control remoto para tu Go Pro, un centro meteorológico,…
El Pebble Steel puede ser tantas cosas como la comunidad que desarrolla apps para él quiera. Porque a través de la aplicación Pebble para iOS y Android puedes configurar e instalar apps y faces (diferentes estilos y diseños del interfaz de usuario del reloj) para personalizar su uso y la experiencia tanto como desees.
¿Se nota que estoy enamorado del relojito en cuestión? Si vives en la Unión Europea, puedes comprarlo por 229 euros (gastos de envío incluidos).
Este es el cuantificador que le regalaría a una mujer
El Misfit Shine es uno de los gadgets más inteligentemente diseñados que he visto en mucho tiempo.
Está creado para que puedas usarlo para jugar a baloncesto con tus rudos y sudorosos compañeros de trabajo o para que tu delicada hermanita se lo ponga como elegante collar en la boda de vuestro primo Carlos. Así de versátil es.
Es un monitor de fitness y de sueño de uso y apariencia extremadamente sencilla (puede que demasiado incluso para algunas personas), funciona con una pila de botón que puedes cambiar cuando quieras, lo que garantiza que puedas estar hasta 6 meses sin preocuparte de cambiarla. También, gracias a los LED luminosos dispuesto en circulo, puedes consultar la hora.
Lo dicho, los diferentes accesorios en el que puedes colocar el Misfit Shine lo convierten en uno de los pocos cuantificadores que puedes lucir en un gimnasio y también en una boda. Puedes consultar sus características técnicas en la web y su precio es de 129 dólares con una pulsera de cuero o colgante (a elegir) incluido.
Y si quieres acertar seguro, el Jawbone UP
Estaba entre Jawbone y Fitbit. Pero el Fitbit tiene un diseño que lo coloca a medio camino entre cuantificador y smartwatch. Es un poco ornitorrinco. Corres el riesgo de parecer un friki con un gadget en la muñeca.
En cambio el Jawbone UP es simplemente una pulsera cuantificadora y no desentona como complemento de moda (aunque es más “casual” que el Misfit Shine) ni dándolo todo en un gimnasio. Y parece ser que es el cuantificador de pulsera más cómodo, fabricado con materiales más agradables y resistentes y también el que cuenta con la app más completa e intuitiva.
El Jawbone Up es seguramente la pulsera cuantificadora que mejor entiende y logra su verdadera misión : no solo es un monitor de actividad, es un aliciente para progresar y cuidar de tu salud mejor. Lo consigue porque su aplicación establece metas y te “recompensa” cuando las alcanzas, añadiendo un componente social que permite que compares tus progresos y logros con el de familiares y amigos, aconsejándote también sobre la mejor forma de lograr progresar y mejorar tu salud.
Después de mucho consultar por internet y visitar alguna que otra tienda, estos son los wearables que yo tendría en cuenta esta Navidad. Como siempre, puedo estar equivocado y para gustos colores. Así que si tenéis algo que aportar, corregir o comentar os estaré muy agradecido si nos lo hacéis llegar en los comentarios.
Espero que os haya servido de ayuda.