Como algunos sabrán, hace pocos días Apple presentó sus resultados financieros del último trimestre, demostrando nuevamente que la manzana está sana y sigue teniendo buen color, aumentando nuevamente el número de iPhones vendidos y dando un cuidado detalle de cifras de ventas de todos los dispositivos… o casi. Porque del Apple Watch solo se dijo que se habían superado las expectativas y que la capacidad de producción de los relojes inteligentes de Apple se quedaba corta a la enorme demanda del mismo. Pero no se dieron cifras y eso mosqueó mucho a los analistas.
Según la firma de estudios de mercado Strategy Analytics, Apple ya tendría en su haber el 75% de la cuota de mercado del sector de los smartwatches, pero lo que hay que tener en cuenta es que dicho mercado es bastante pequeño comparado con los smartphones e incluso con las tabletas cuyo mercado viene menguando en los últimos años. Obviamente a la falta de datos concretos, analistas sueltos por internet empiezan a elucubrar y rellenar artículos de cuanto menos dudoso contenido sin contar con un hecho base para poder entender la evolución del Apple Watch: lo que hoy día se vende es un prototipo, no un dispositivo real. No es el Apple Watch que Apple quería tener en el mercado.
watchOS 2, el verdadero Apple Watch
El lanzamiento del Apple Watch es una demostración en mayúsculas de cómo las marcas pueden sucumbir erróneamente a las exigencias de un despiadado mercado que no entiende de plazos ni tiempos necesarios para gestar y producir un producto que realmente esté a la altura en calidad y prestaciones. Cuando uno analiza el kit de desarrollo del Apple Watch actualmente en producción (una librerías más dentro de iOS) se da perfecta cuenta que Samsung, Sony, LG, Android Wear en general y la maldición de los inversores, accionistas y el voraz mercado capitalista en general, precipitaron la salida al mercado de un producto inmaduro y a falta de unos meses más para estar terminado.
El Apple Watch, a nivel hardware, sí estaba ya preparado y ese hecho precipitó la decisión de los de Cupertino de lanzarlo al mercado aunque la otra parte esencial del mismo, el software, aun no estuviera convenientemente finalizado. La prueba la tenemos delante nuestra y se llama watchOS 2.
¿De verdad cualquiera puede pensar que se puede pasar de una mera librería totalmente dependiente del iPhone (el actual WatchKit 1.0) e integrada en iOS a un sistema operativo completo e independiente en un 90% del iPhone al que está vinculado, en apenas unos meses? Es evidente que no, ya que watchOS 2 es el sistema operativo que Apple debió haber lanzado al mercado junto con su reloj, el cual debía haberse presentado en la pasada WWDC y lanzado junto a los nuevos iPhone en septiembre. Pero las prisas no son buenas compañeras y por eso Apple sacó una versión incompleta del software para ir “posicionándose” en el mercado mientras el verdadero software estaba terminado.
A partir de otoño tendremos un smartwatch que tendrá las apps de terceros completas en el propio reloj y no dependerá del iPhone para su funcionamiento en medida alguna. Actualmente, la app ejecuta todos los procesos en el teléfono y el reloj hace de “segunda pantalla” del mismo, un mero “terminal tonto”. Pero eso dejará de ser así y todos los procesos se ejecutarán en el propio reloj y la única necesidad del iPhone estará en la conectividad. Mientras no necesitemos conectar a la red desde el reloj, el iPhone podrá estar hasta apagado. E incluso podrá estarlo si estamos conectados a una WiFi. Independiente.
Y además, el nuevo watchOS 2 permitirá acceder a los componentes del sistema operativo esenciales, inaccesibles hasta ahora: CoreMotion (librería que controla los acelerómetros del reloj), CoreLocation (control de la localización del dispositivo), HealthKit (ahora se podrá escribir y leer directamente de los datos de la app de Salud que estarán guardados tanto en el reloj como en el iPhone), MapKit (mapas reales y nada de capturas fijas como hasta ahora), ContactKit y EventKit (control y gestión de contactos y calendarios)… Cada una de las partes esenciales de iOS, tendrá su versión en watchOS 2, para sacar el mayor provecho del Apple Watch y que lo convierten en un dispositivo independiente.
A todo esto le podemos unir la capacidad de reproducción de vídeo, tanto local como en red, los diferentes tipos de interfaces, la posibilidad de incorporar elementos (complications) a la esfera del reloj y crear nuestra propia versión con la funcionalidad que queramos. Además, las apps podrán recoger cualquier dato del reloj en segundo plano: abrimos la aplicación que usemos para salir a correr, programamos, se cierra, el sistema monitoriza y controla y cuando volvamos a abrir la app el sistema operativo comunicará los cambios a esta y así no estaremos limitados a las apps propias de Apple.
Si os gusta el desarrollo y os interesa, os invito a leer el análisis que hice hace unos meses en AppleCoding sobre todos los cambios que incorpora watchOS 2, donde queda claro cristalino el enorme abismo de funciones y posibilidades que convertirán al actual lento y completamente dependiente smartwatch en un nuevo dispositivo lleno de posibilidades y casi totalmente independiente del iPhone.
Los cambios, como Apple quería, vendrán desde la comunidad de desarrolladores, que serán los encargados de dar las funciones al Apple Watch y convertirlo en el dispositivo que debía haber sido desde el comienzo. Motivo por el que Apple, que ha sido consciente de su error, prefiere no dar datos concretos hasta que haya más ciclos económicos, la cadena de producción se ponga al día y el reloj de Apple sea el dispositivo que debió haber sido desde el primer día de su lanzamiento para valorarlo en su medida.