Una de las novedades más destacadas del nuevo MacBook Pro ha sido sin duda la nueva Touch Bar, una novedad que le ha permitido desmarcarse del resto. Por otra parte, la ausencia de los puertos tradicionales, ha traído críticas como alabanzas por partes iguales, y es que nunca llueve a gusto de todos, y más cuando estamos ante un producto de la compañía de la manzana.
Muchos usuarios de MacBook suelen utilizar otros sistemas operativos en sus portátiles de Apple. Por ejemplo, las distribuciones de tipo Linux suelen ser de gran utilidad en ciertos aspectos concretos. Normalmente van dirigidos hacia un target más concreto, que suele coincidir con un perfil relacionado con el mundo de la informática. Todo apunta a que esto ya no será posible en la nueva gama de MacBook Pro, puesto que no presentan compatibilidad con estos sistemas operativos de software libre.
Linux no es compatible con los nuevos modelos de MacBook Pro
Estos datos se han desvelado a partir de un usuario que recientemente ha adquirido el nuevo MacBook Pro. No obstante, al intentar instalar Ubuntu no funcionaban ni el teclado, ni el trackpad. Además, el SSD interno no reconocía la nueva unidad de arranque.
Recalquemos que este bloqueo ya lo han realizado otras marcas como Lenovo, en sus modelos Yoga 900 y Yoga 910. Dicha limitación se encontraba en la propia BIOS, la cual impedía la instalación de nuevos sistemas operativos de tipo Linux. Finalmente, la empresa cedió y lanzó una actualización que quitaba dicho bloqueo, a raíz de las duras críticas que recibió por parte de sus clientes.
Desde mi punto de vista Apple ha cometido un grave error. Está claro que las distribuciones de tipo UNIX no son las más utilizadas por el usuario común, aunque cabe recalcar que muchos informáticos y usuarios más específicos utilizan estos sistemas operativos en su día a día. Personalmente suelo utilizar Linux a diario para realizar ciertas labores informáticas, no obstante, está limitación podría ser crucial para no adquirir un nuevo portátil de Apple, ya que estaría limitando mis posibilidades. ¿Cambiarán de opinión los de Cupertino?