Os contaré que desde mis primeras andadas por Apple, siempre quise comprarme uno de esos portátiles tan elegantes que la marca vendía. Por supuesto, y como ya deberéis saber si habéis leído “cómo me convertí en un fanboy”, mi primera adquisición fue un iMac full equip, aunque mantuve una discusión interna hasta el último momento con un MacBook Pro de 17 pulgadas.
Fue pasando el tiempo y mi deseo por los portátiles no se desvanecía. Era tal que acabé por regalarle un MacBook blanco de 13” a mi compañera sentimental, vulgarmente conocido como novia (nótese la ironía). Pero el mío tendría que esperar por culpa de los nuevos iPad y renovaciones de iPhone, a los que siempre les di prioridad.
Entonces, Apple tomó una decisión clave para que mis deseos fueran creciendo. Remodeló un caro pero fantástico MacBook Air y lo convirtió en un portátil muy accesible para la clientela. Aguanté la primera tirada de hace dos años, pero caí en la soberbia actualización presentada este año. De esta manera, conseguí deshacerme de ese constante susurro mental que exigía la compra de un portátil de Apple.
Todo esto viene a explicar lo que AppleInsider confirma en su web. Y es que el MacBook Air ya completa el 28% de las ventas de portátiles de Apple, gracias en parte a un precio atractivo y un impactante diseño distinto a lo conocido hasta el momento. La desaparición del MacBook también ha ayudado muchísimo a que su sustituto haya llegado a alcanzar una parte muy atractiva del pastel, creciendo a unos límites posiblemente imaginables, pero difícilmente pensados para un corto espacio de tiempo.
Yo accedí a él por el inexplicable deseo de poseer un portátil de Apple, pero decidí que fuera un MacBook Air y no un Pro por su precio, grandes prestaciones y su corto tamaño. Seguramente, comparto el mismo pensamiento a la hora de tomar mi decisión que muchos de vosotros.