Hoy he terminado de leerme el libro “Steve Jobs” de Walter Isaacson, un libro magnífico sobre la vida de un genio. Según palabras de Isaacson, Steve Jobs no era un superdotado ni tenía una inteligencia superior. Tan solo tenía las ideas muy claras y sabía exactamente qué es lo que quería lograr en la vida… una empresa grande e importante, que cuidase a sus clientes de forma especial y fabricase productos importantes e increíbles que fuesen muy sencillos de utilizar y que nos facilitasen la vida.
Doy fe de que, en los últimos años que Jobs ha estado dirigiendo Apple, ha conseguido su propósito. Hemos visto productos impresionantes que han cambiado la manera que teníamos de ver la telefonía, por ejemplo. Hemos visto que es más sencillo que nunca el crear y disfrutar de videos, música y fotos en cualquier lugar sin tener que cargar con multitud de dispositivos grandes y pesados. Incluso hemos visto que la informática no tiene por qué ser difícil, sino que cualquiera puede usar un ordenador sin miedo a lo que pueda pasar.
Apple lleva triunfando muchos años, e incluso se ha situado por delante de Microsoft (quién lo iba a decir) y otras compañías que son más “viejas” que ella misma, como HP, que ya admite que los de Cupertino serán los mayores fabricantes de ordenadores en el 2012. Sin embargo, esto me da miedo, porque todo lo que sube tiene que bajar.
Steve Jobs ya no está. Ya no controla todos y cada uno de los aspectos que se unen en un dispositivo de Apple (hardware, software, diseño, usabilidad…), ya no aprieta a los trabajadores para que den lo máximo de sí mismos y un poquito más porque ellos pueden hacerlo… Si, ha dejado Apple en muy buenas manos, como Tim Cook, que ha estado al lado de Jobs durante muchos años, aprendiendo de él y absorbiendo su pasión por los productos creados. También tienen a Jonathan Ive, un máximo exponente en el diseño industrial que ha ganado muchos premios por su excelente trabajo. Y también están todos los ingenieros que han hecho y siguen haciendo de Apple la empresa que es. Sin embargo, como he dicho al principio de este párrafo, ya no está Steve, que era el que ponía la pasión por la empresa y los productos, el nexo de unión entre todos los profesionales que conforman Apple.
Apple está empezando a tener algunos problemas. El último producto que han sacado (el iPhone 4s) está teniendo errores muy graves, como los que describe mi compañero Diego en este artículo. Entiendo que es un producto nuevo y que como tal es lógico que tenga problemas (ha pasado con todos los productos que se han ido sacando), pero el servicio técnico, la atención directa al usuario, eso que Steve Jobs quería promover y mimar, lleva mucho tiempo entre nosotros, por lo que deberían haber aprendido que es tan importante como los productos tan maravillosos que nos ofrecen. Somos los usuarios los que hacemos largas colas para ser los primeros en entrar en las tiendas que inauguran como la que se abre hoy en Valencia, y comprar los productos tan fantásticos que nos venden, por lo que merecemos una atención especial, un cuidado que, al parecer y espero que temporalmente, no estamos recibiendo.
Yo confío en Apple. No hablo como fanboy, sino como alguien que ha visto su historia y ve que siempre ha podido salir adelante. Tengo confianza en que superarán estos problemas y dentro de un tiempo hablaremos de ellos como cuando ahora hablamos del Antennagate. Ellos seguirán sacando dispositivos que cambiarán el mundo y nosotros seguiremos comprándolos, pues veremos que los necesitamos aún sin saberlo.
Esta es mi opinión en este asunto, pero ¿Cuál es la tuya?
Enlace | Steve Jobs de Walter Isaacson
[…] luces y sus sombras, o incluso para los que, de manera crítica, deseen conocer más a una de las personas más influyentes de las últimas décadas, para fundamentar así de una manera más sólida sus críticas, positivas o […]
Por supuesto que Steve no era superdotado, no según los test actuales al menos. En caso contrario él mismo se habría ocupado de predicarlo a los 4 vientos, siendo tan astuto y comercial como era. Tengo que añadir que, aunque no era un superdotado según los test actuales, si que lo era en la realidad puesto que su gran creatividad y otras cualidades difícilmente mensurables así lo definían.