Quedan menos de dos semanas para una keynote que promete ser muy intensa. Muchos son los rumores que recorren la red, entre los que destacan la presentación de iOS 6, novedades en iCloud (sección de Notas y Recordatorios) y una nueva generación de MacBook Pro y iMac, cuya renovación se está demorando. Si los rumores se cumplen (algo casi seguro), este último lanzamiento supondría una auténtica revolución en el mundo del PC, pues serían los primeros ordenadores personales que pasarían a disponer de la conocida como pantalla Retina.
Tras comprobar cómo iPhone y iPad doblaban sus resoluciones, sois muchos los que estáis esperando disfrutar de ordenadores made in Cupertino con pantallas que doblen las resoluciones actuales. Os vamos a demostrar que, aunque los chips Nvidia que se suponen montarán son capaces de soportar resoluciones de hasta 3840 × 2160 píxeles, es casi imposible que se opte por esta solución por innecesaria.
Steve Jobs introdujo el concepto de pantalla Retina en la presentación del iPhone 4, definiéndola como “aquella pantalla que tuviera una condensación de píxeles imposibles de ser distinguidos por el ojo humano”, estableciendo ésta en 320 ppp para dicho dispositivo. El siguiente gadget en adoptar esta tecnología fue su hermano mayor, el iPad, cuyo uso a mayor distancia llevó este número mágico a los 215 ppp.
Ahora es el turno del MacBook Pro y el iMac. ¿Qué cantidad de píxeles serán necesarios para que puedan entrar a formar parte de este selecto club de pantallas? Como podemos observar en la siguiente tabla, las pantallas de hoy en día ya ofrecen una calidad muy cercana a la pantalla Retina; distinción que podrían atribuirse con el simple hecho de optar por resoluciones estándar algo superiores:
Hay que tener en cuenta que las pantallas son uno de los componentes hardware que más abuso hacen de la batería, viéndose incrementado el consumo a medida que deban satisfacerse las necesidades de un mayor número de píxeles. Es por ello que doblar la resolución de las pantallas sería un gasto prohibitivo, que no llevaría a otra cosa que PCs más gruesos y pesados, con un sobrecalentamiento extra, para conseguir unas mejoras inapreciables por el ojo humano. Resulta inconcebible, pues el mercado de los portátiles va encaminado a fundirse con el de los ultrabooks: dispositivos de calidad con un alto grado de portabilidad y autonomía.
En toda esta historia no debemos dejar de lado al MacBook Air. Tal y como comentaba mi compañero Jose Antonio Carmona hace escasas dos semanas, es muy posible que Apple aproveche la ocasión para dotar al MacBook Air de esta nueva generación de pantallas, completando así el círculo y dando un golpe sobre la mesa en el mundo del PC frente a toda la competencia.
Visto lo visto, es muy posible que el equipo de Tim Cook ponga a dieta sus actuales modelos de portátiles profesionales y ordenadores all in one, dotándoles de pantalla Retina, cambiando los chips AMD por Nvidia, adoptando los procesadores Ivy Bridge de 22 nm, puertos USB 3.0 y optando por la eliminación de la unidad óptica en los modelos portátiles, lo que daría paso a una mayor batería que posibilite mantener las 7 horas de autonomía. Toda una delicia, ¿vais a ser capaces de resistir a la tentación de haceros con uno de ellos?
Imagen | Deviantart
La tecnología esta vez existe, pero los fabricantes no fabrican en cantidades suficientes como para rentabilizar el montarla en sus equipos.
Apple es la única capaz de masificar una tecnología precaria gracias a su capacidad de vender millones de unidades en unos pocos días. Veréis lo que tardan en aparecer ultrabooks de Asus con pantalla de alta resolución una vez tengamos los MacBook Retina en el mercado.
@Diego Liarte,
Totalmente de acuerdo de nuevo. Es impresionante cómo una empresa marca el devenir del resto…
En la gráfica, los MBP 15″ tienen ambos el mismo ‘PPP Retina’. No sé si lo que digo es una burrada, pero, por lógica, si en el mismo espacio hay más resolución, la densidad de píxeles debería ser mayor. No es por ser quisquilloso, es que justo ese es mi Macbook y tenía curiosidad por saber el dato.