Como bien sabrás, una de las novedades más discretas e interesantes del nuevo iPad mini era que la pantalla era capaz de rechazar toques accidentales, debidos a que el marco lateral es mucho más fino y tocamos la pantalla en repetidas ocasiones de manera involuntaria. La propia Apple hacía gala de ello en su página web:
Detrás de una gran pantalla hay siempre un gran software. El iPad mini es inteligente y sabe cuándo tu pulgar está sencillamente apoyado en la pantalla y cuándo lo estás usando para algo. Son detalles que notarás (o mejor: no notarás) y que muestran hasta qué punto se compenetran el hardware y software de Apple.
Hasta ahora creíamos que esto era posible gracias a que el digitizer (sensor de contacto táctil) del iPad mini se expandía hasta los bordes del marco de cristal. Sin embargo, tras la nueva actualización a iOS 6.0.1, el iPad de 9,7 pulgadas –iPad 2, iPad de tercera generación y iPad de cuarta generación– también hereda esta nueva característica, por lo que llegamos a la conclusión de que todo se reduce al software, y unos algoritmos sobre el movimiento de los dedos sobre la superficie de la pantalla.
Los toques accidentales se producen sobre todo cuando estamos leyendo libros o páginas web, donde normalmente el dedo pulgar se queda apoyado sobre el marco del iPad durante un tiempo prolongado, y sin querer podemos pasar de página o desplazarnos erróneamente.
Por lo que sabemos, en el iPhone no ha sido portado el rechazo de toques accidentales, porque la forma en cómo lo sujetamos no requiere una funcionalidad de este tipo, porque rara vez realizaremos toques accidentales desde el borde de la pantalla.
¿Alguno de vosotros ha podido probar esta característica que tanto pasa desapercibida?, ¿funciona correctamente como debería?