A pesar de que tras su emisión, durante la celebración de la décimo octava edición de la Super Bowl que enfrentó a los Washington Redskins y a Los Angeles Raiders, el 22 de enero de 1984, hubo quienes vaticinaron su fracaso, el primer anuncio televisivo del Macintosh no solo consiguió trascender como el mejor anuncio de la final de la NFL, sino también como uno de los momentos icónicos en la historia de Apple.
Una auténtica declaración de intenciones en un clip de apenas un minuto de duración. Inspirado en la sociedad distópica presentada por George Orwell en su novela política, 1984, en el spot se retrataba una deprimente sociedad totalitaria bajo la vigilancia y el control de un gobierno omnipresente, cuyo lema pasaría a los anales de la publicidad:
El 24 de enero, Apple Computer presentará Macintosh. Y veréis por qué 1984 no será como “1984”.
El impacto del anuncio dirigido por Ridley Scott fue tal, que sirvió para que los anunciantes, conscientes del filón económico que entrañaba la Super Bowl, comenzasen a invertir sumas prohibitivas para anunciarse, dando el pistoletazo de salida a la carrera publicitaria durante el evento.
Como un jovencísimo Steve Jobs desvelaría dos días después, hoy hace treinta años, en el Flint Center en Cupertino, el Macintosh representaba la chispa creativa que liberaría a las personas del control autoritario de IBM, caracterizado como el Gran Hermano:
Estamos en 1984. Parece que IBM quiere todo. Apple es percibida como la única esperanza para plantarle cara. Los distribuidores, que inicialmente recibieron a IBM con los brazos abiertos, ahora temen que IBM domine y controle su futuro y, cada vez más, contemplan a Apple como la única fuerza que puede garantizar su futura libertad.
Aunque Jobs y su pequeño equipo de inconformistas fallaron en su intento de romper la hegemonía de IBM y Microsoft, Apple consiguió dejar su huella en el devenir de la historia de la informática personal; y es que la introducción de la interfaz gráfica de usuario y el ratón, al igual que hiciera en la ficción el martillo al impactar contra la pantalla, sirvió para cambiar el concepto de ordenador personal.
Una verdadera revolución que, prácticamente, no volvería a repetirse hasta pasados 23 años con la puesta de largo del iPhone, un teléfono inteligente dotado de una gran pantalla táctil que haría tambalearse el mercado de electrónica de consumo, en general, y la telefonía móvil, en particular.
El renovado auditorio Flint Center volverá a engalanarse para conmemorar el trigésimo aniversario del Macintosh. Un hito tecnológico que cumple tres décadas plagadas de éxitos y altibajos, una muestra tangible del espíritu innovador grabado en el ADN de Apple, cuyo lanzamiento abrió un enorme abanico de posibilidades en la informática personal y en las comunicaciones.
