El nuevo Mac Pro es ya una realidad para todos. Puede que muchos aun esperen recibirlo pero la gran mayoría de medios de prensa especializados han podido ya probarlo (sobre todo los americanos) y las primeras impresiones sobre su rendimiento y precio frente a la competencia son más que positivos.
Pero si hay algo que caracteriza las críticas hacia esta máquina, son en lo referente a su capacidad de almacenamiento que no puede ir más allá de un TeraByte. La explicación de Apple es simple: tenemos muchos puertos de expansión de gran velocidad USB 3.0 o Thunderbolt 2. Pero para muchos profesionales esto tiene dos problemas: el primero es el alto precio de los discos con Thunderbolt 2 (el protocolo más rápido) y el segundo es el cuello de botella que se genera ya que los discos externos nunca tienen el mismo rendimiento que el almacenamiento interno.
Entonces, ¿de verdad es un problema que el nuevo Mac Pro solo disponga de un máximo de 1 TB de disco interno? Realmente no porque lo que nadie cuenta, aunque sí Apple en sus explicaciones oficiales, es lo que se denomina el almacenamiento en red. Lo que pocos han tenido en cuenta para entender el por qué del nuevo Mac Pro es el proceso de funcionamiento que actualmente hay en la mayoría de empresas profesionales que se dedican a música o imagen: trabajar en local es una locura, todo está en la red local.
Las empresas a día de hoy, de estas características y muchas otras, funcionan con la filosofía del “divide y vencerás”. Nadie (salvo que no sea profesional) edita hoy día todo un proyecto en una sola máquina con una sola copia de sus contenidos. Como todos sabemos, es un riesgo innecesario. A día de hoy se trabaja con almacenamiento en red: grandes servidores con cabinas de discos que mueven la información y crean repositorios de información a los que uno se conecta, se descarga el pequeño trozo en que va a trabajar y cuando lo tiene hecho lo devuelve al servidor.
Además, no es necesario que sean grandes y costosos servidores. Hay estupendas soluciones NAS de gran rendimiento (como las de Synology o Western Digital) que proporcionan a un muy bajo coste cabinas de discos con total seguridad ante la pérdida de datos, altísimas velocidades, varios puertos de red Gigabit en paralelo para un mejor rendimiento y todo tipo de aplicaciones y protocolos de comunicaciones soportados.
Yo mismo tengo una biblioteca en red con todos mis proyectos almacenados y librerías para Final Cut Pro X o Logic Pro X, replico en el disco local aquello con lo que voy a trabajar y luego lo devuelvo al servidor una vez he finalizado. Incluso para desarrollo, tengo un servidor GIT instalado en el NAS de forma que siempre tenemos el proyecto con el que trabajemos en desarrollo, al día en todas las máquinas. Es la forma más eficiente e inteligente de trabajar, con un disco local haciendo copias de las carpetas más importantes desde el NAS y un servidor remoto de almacenamiento externo (en mi caso Amazon Glacier) que guarda la información fuera del mismo de manera automática.
Por eso, el concepto de workstation tiene tanto sentido con el nuevo Mac Pro y con la gran mayoría de nuevos sistemas de otras marcas que entienden que todo se trabaja en red, que el local es para el pequeño trozo o proyecto con el que trabajamos en ese momento y que el almacenamiento hay que dejárselo a quien entiende de ello: cabinas o servidores con redundancia de discos, con programas de copia de seguridad local o remota y protocolos de comunicación de gran rendimiento.
Por eso Apple incorpora como protocolo de comunicación de red por defecto, en OS X Mavericks, el SMB 2 en vez del actual Apple Foundation (AFP). SMB 2 es muchísimo más rápido y más eficiente. Yo mismo he podido probarlo ya que el NAS con el que trabajo lo soporta, y la diferencia de rendimiento ha sido abismal.