La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, si miras atrás incluso puedes marearte y todo. Con nuestro ordenador de bolsillo podemos hacer cosas increíbles que hace algún tiempo ni imaginábamos. En este folleto de Radio Shack de 1991 podéis ver varias ofertas. Son 15 en total, de las cuales 13 ya llevas en el bolsillo.
Podéis echar un vistazo a la lista completa, pero ya os avanzo que en 1991 te habrías gastado 3054,82 dólares. Lo que equivaldría a 5.100 dólares de hoy en día. Pero la cuestión que nos emplaza hoy es ¿cuánto costaría un iPhone hace 23 años? Empezamos las cuentas.
En 1991 un gigabyte de almacenamiento en un disco duro costaban alrededor de 10.000 dólares –hoy cuestan alrededor de 4 centavos–. Allá en 1991, un gigabyte de memoria flash, que es la que usa el iPhone, costaría algo así como 45.000 dólares o más –hoy cuesta alrededor de 55 centavos–.
Si cogemos el iPhone del medio, por ejemplo el de 32 GB, no sale que el almacenamiento de memoria flash costaría 1,44 millones de dólares. Empezamos bien.
El iPhone 5s usa el último procesador de Apple, el A7, un potente GPU con una GPU integrada, que en total incorpora cerca de 1.000 millones de transistores y corre a una velocidad de reloj de 1,3 GHz, produciendo más o menos 20.500 MIPS –millones de instrucciones per segundo–. El 1991, uno de los top procesadores de Intel era el 80486SX […].
Teniendo en cuenta que el procesador de Intel sacaba unas 16,5 MIPS, en 1991 las 20.500 MIPS del A7 costarían unos 620.000 dólares.
Por lo que respecta a las comunicaciones ya es más complicado de calcular. Los teléfonos de la época utilizaban un red inalámbrica analógica para las conexiones telefónicas de voz. Podríamos decir que el coste de la comunicación móvil de la época costaba, por decir algo, 100 dólares por kilobyte por segundo.
Digamos que el iPhone, con las redes LTE, puede entregar 15 Mbps de media, con lo que esto nos costaría 1,5 millones.
A todo esto faltaría sumarle la pantalla Retina de alta resolución, el coprocesador de movimiento M7, el módulo táctil, la –vídeo– cámara de 8 megapíxeles, el giroscopio y el acelerómetro… Además del software iOS o las aplicaciones…
La factura pues, contando memoria, procesador y comunicaciones móviles de un iPhone en 1991 ascendería a: 1,44 M + 620.000 + 1,5 M = 3,56 millones de dólares.
Evidentemente por mucho dinero que se tuviera en la época hubiera sido imposible empaquetar todo eso en el tamaño de un iPhone, y esto queda más a anécdota de como han cambiado las cosas. Ahora tenemos en un solo aparato en nuestro bolsillo 3.000 dólares en productos electrónicos de 1991 –cuando hubiera costado más de 3 millones–.
Jejejeje, no deja de ser interesante la reflexión, pero….
Por aquellos entonces se vendían disquetes de 3 1/2″ con una capacidad de 1.44 mb. Windows 3.11 para trabajo en grupo, todo un señor sistema operativo de escritorio, ocupaba 9 disquetes si no instalabas las funciones de red (si no recuerdo mal). King Quest IV, una aventura gráfica de la releche, 4 disquetes. Y el Double Dragon 2, un sólo disquete.
Luego un iPhone de 32 gb no tendría ningún sentido, más bien de unos pocos megas 😉
jajajaja es cierto, es todo a modo de curiosidad… Y sí, creo que no vas mal, me parece que eran 9 disquetes