Desde que se dijo que el Apple Watch pondría en apuros incluso a la potente industria relojera suiza ha sido interesante seguir los movimientos y las opiniones de los grandes del sector. Ayer mismo Bloomberg publicó una entrevista con Jean-Claude Biver, cabeza de la famosa compañía suiza TAG Heuer. El objetivo del encuentro, cuya información nos ha llegado a través de iDownloadBlog, era precisamente conocer el estado actual de la industria relojera de Suiza y sus sensaciones respecto al próximo lanzamiento del smartwatch de Apple.
Lo más curioso es que el propio Biver parece contarse entre los entusiastas del nuevo producto. Según sus propias palabras, el Apple Watch es “un producto fantástico, un logro increíble”. Es obvio que Biver es un entusiasta de los relojes, y parece ser que lo que más le gusta del Apple Watch es que parece un dispositivo que conecta tanto con el pasado, como los relojes tradicionales, como con el futuro, que tal vez pertenezca a los smartwatches.
Esto no significa que el líder de TAG Heuer no tenga intención de plantar cara a Apple: recordemos que hace sólo un mes la compañía helvética anunció que estaba preparando su propio smartwatch… producto que, por cierto, en esta entrevista Jean-Claude Biver ha revelado que no se fabricará en Suiza, o no totalmente. Según cuenta, TAG Heuer no es capaz de fabricar la parte del hardware ni encargarse de las aplicaciones (nadie puede en Suiza, asegura Biver), así que todo ello vendrá “de Silicon Valley”. TAG Heuer diseñará lo que mejor sabe: el reloj en sí.
Seguro que se esforzarán con la parte que les toca, y no sólo por competir con el Apple Watch: al menos un 50% de los componentes de un reloj deben haber sido fabricados en Suiza para que el dispositivo obtenga la preciada etiqueta Swiss made.
Biver está seguro de que el Apple Watch trastocará totalmente el mercado de los relojes por debajo de los 2.000 dólares. Y, ¿en su caso? Ya hemos visto que él querrá también tener un Apple Watch, pero asegura que en su día a día escogerá… por supuesto, TAG Heuer. Llegados a este punto sólo podemos preguntar: ¿Y vosotros?
