La espera terminó. Ya hemos presenciado cuales serán los nuevos buques insignia de la compañía californiana, el iPhone 7 y el iPhone 7 Plus. Ambos con extraordinarias características y destacadas novedades. Nuevo sistema de audio estéreo, desaparición del conector de Jack 3.5 mm, una mejorado botón de inicio, resistencia al salpicaduras y polvo o el nuevo procesador A10 Fusión son algunas de las novedades.
En general promete bastante a nivel de funcionalidad y productividad, pero también en lo que al diseño respecta. Ya no sólo por el nuevo aspecto adquirido –similar al iPhone 6 y iPhone 6s–, sino por la ampliación de su paleta de colores. Además del oro rosado, gris espacial y oro, llegan el negro mate y un llamativo negro brillante. Éste último ha sido el principal protagonista de los cinco en la noche de ayer. Ya no por la gran presencia del mismo durante la Keynote –es incluso portada de la página web oficial–, sino por lo descubierto tras la misma.
El famoso negro brillante –conocido como Jet Black– tiene un pequeño problemilla que Apple no dio mucha importancia durante la Keynote. Sin embargo, para un dispositivo que vale como mínimo 879 euros –sí, 879 euros ya que, sorpresa, sólo está disponible para los modelos 128 Gb y 256 Gb–, dicho problemilla requiere al menos una mención. Y es que el nuevo iPhone 7 y iPhone 7 Plus de color negro brillante pueden presentar microabrasiones con el uso –que puede arañarse dicho de otra manera–. Un problemilla que pasaba con el iPhone 4, pero claro, costaba casi cinco veces menos, que se dice pronto.
”El acabado del iPhone 7 en negro brillante es el resultado de un cuidadoso proceso de anodizado y pulido en nueve pasos. Su superficie es igual de resistente que la de otros productos Apple anodizados, pero puede presentar leves microabrasiones con el uso. Si esto te preocupa, te recomendamos que elijas una de las muchas fundas disponibles para proteger tu iPhone”. Confirma Apple en su web.
Si ya escuecen los ojos cuando se lee sobre el riesgo de microabrasiones bajo el dispositivo, con el color más laureado por la compañía, y junto al precio –recuerdo que es de 879 euros–, es de ”apaga y vámonos” cuando la misma Apple te soluciona el problema diciendo que compres una de las muchas fundas disponibles.
Gran metedura de pata la estrategia escogida por parte de la compañía al experimentar con los usuarios este nuevo –y polémico– color, por tan alto precio.