Continuamos con la serie dedicada a recordar antiguos modelos de teléfonos de Apple que ocuparon un lugar en nuestras vidas y que ya no están, normalmente, con nosotros. Le toca el turno al que para muchos fue el mejor iPhone que se hizo. Hablamos del iPhone 4S.
Este modelo supuso un gran cambio en cuanto a las tripas del aparato. Estéticamente era idéntico a su hermano mayor, el iPhone 4, que trajo un gran cambio estético. Este aparato fue presentado en junio de 2011, en la última KeyNote de Steve Jobs vivo, y con un aspecto visiblemente desmejorado por su fatal enfermedad. De hecho falleció solo 4 meses después.
El iPhone 4S nos trajo una pantalla Retina y la asistente personal Siri, que desde entonces nos ha ido acompañando en cada uno de los modelos que Apple ha presentado. Fue, reconozcámoslo, un iPhone muy bello y potente. Sus acabados en metal y cristal combinados le daban una estética muy elegante, y daba un aspecto de solidez bastante potente. Los colores que Apple sacó fueron el negro y blanco.
Con este nuevo modelo Apple desechó los modelos de 8 GB y aumentó la capacidad hasta unos increíbles 64 GB de almacenamiento, algo que ya se antojaba como necesario para muchos usuarios. Fue asimismo el último modelo en incluir el conector de 30 pins que estaba vigente desde el iPhone original. Asimismo, ya con él se comenzó a finiquitar el uso de tarjetas micro SIM en Apple.
Lógicamente estoy hablando de este teléfono porque lo tuve, y no solo tuve uno. Me maravillaba todo de él, incluyendo su cámara de 8 megapíxeles, que tenía un comportamiento muy óptimo. Pasamos juntos grandes momentos y lo recuerdo como un magnífico aparato. Se siguen viendo algunos todavía, pero la obsolescencia programada es la que manda. Recordemos que venía con iOS 5 como sistema operativo.
Apple vendió 4 millones de este iPhone 4S en los primeros 3 días desde que se puso a la venta, todo un récord. Y así lo ha ido haciendo modelo tras modelo. ¿Qué nos deparará 6 años más tarde el nuevo iPhone 8? Pronto, tras el verano, lo sabremos.