Mucho ha llovido desde que Apple se convirtiera en la sociedad más valorada en Bolsa del mundo. Desde entonces, sus acciones han experimentado numerosos altibajos en el mercado de valores; pese a haber presentado unos excelentes resultados financieros para el primer trimestre fiscal del año, con 54.500 millones de dólares de ingresos y 13.100 millones de dólares de ganancias, sus acciones cayeron un 12 por ciento. En lo que a capitalización bursátil se refiere, se perdieron alrededor de 50.000 millones de dólares, la mayor caída que ha sufrido en cuatro años.
¿Quiere esto decir que la compañía está sentenciada? No, ni mucho menos. Es cierto que la multinacional de Cupertino ha dado varios pasos en falso que sin duda han contribuido al desánimo de los inversores, pero no hay ninguna señal que ponga en entredicho su posición. Es muy probable que el manido “Esto no habría pasado con Steve Jobs” continúe escuchándose, pero la realidad es que la dirección de Tim Cook no ha diferido en demasía de la llevada a cabo por el cofundador de Apple.
Por otro lado, puede que parte de culpa la tengan factores externos a la empresa. Durante la ronda de preguntas que sucedió a la presentación de las cifras del primer trimestre, Tim Cook y Peter Oppenheimer señalaron a la cadena de suministros en el extranjero como responsable de la rotura de stock que había padecido el iPad mini; ante la imposibilidad de satisfacer la demanda durante el último cuarto de año, se retrasaron los tiempos de envío. Especialmente sangrantes fueron las limitaciones de abastecimento del nuevo iMac, que llegaron a afectar a sus ventas.
Mención aparte merece el iPhone 5. Sus ventas no serán capaces de explotar internacionalmente hasta que Apple pueda obtener precios bajos en mercados emergentes y consiga un acuerdo con China Mobile, el proveedor de telefonía móvil con mayor número de usuarios del mundo.
Por su parte, los analistas de Wall Steet han hecho un flaco favor con unas expectativas altísimas sobre su rendimiento. Cuando una empresa crece tan desmesuradamente como lo ha hecho Apple durante la última década, no es de extrañar que comiencen a surgir perspectivas poco realistas. Que el crecimiento de la firma californiana haya empezado a estabilizarse no quiere decir que se esté tambaleando, puesto que las venta se mantienen en una situación inmejorable en todos los ámbitos.
Ahora corresponde a Tim Cook dar el do de pecho y mostrar su capacidad como CEO. Obviamente, el valor de las acciones es un factor importante, pero nunca la prueba definitiva que determine la salud de una compañía. Siempre que sigan creando buenos productos y batiendo récords de ventas, en Cupertino no tendrán por qué preocuparse.
todo el mundo habla de que Exxon ha superado a Apple, Exxon no ha hecho nada es Apple la que ha bajado de valor en la bolsa y desde ayer Apple ya vuelve a estar por delante de Exxon y sigue subiendo en bolsa a pesar de la caida que sufrió el dia que apple anunció sus resultados.
Y Seguira subiendo y subiendo y Exxon no volverá a oler a Apple porque este año es en el que Apple va a dar el golpe en la mesa y nos va a hacer recordar lo que es!