Cómo podría funcionar el sensor biométrico del nuevo iPhone

Después de meses de rumores, el otro día veíamos una evidencia que confirmaba que el próximo iPhone traería un sensor biométrico para poder identificarnos con nuestra huella dactilar, y eso lo vimos en la cuarta beta de iOS 7, que mostraba una carpeta oculta con una interfaz BiometricKitUI.

Sin embargo, a pesar de que podamos pensar que el sensor de huellas dactilares se pueda usar para abrir un llavero que almacene todas nuestras contraseñas y nos permita iniciar sesión en cualquier sitio con tan solo nuestro dedo, no está confirmado, y no sabemos a ciencia cierta el uso del mismo.

Por suerte Geppy Parziale, un experto en autenticación biométrica, ha decidido poner un poco de luz en el asunto. Él cree que Apple usará un sensor biométrico basado en la pulsación y no uno óptico, que no obliga a posar el dedo sobre la superficie, ya que éste requeriría de un juego de lentes y un complejo sistema de iluminación, que probablemente serían difíciles de meter en un teléfono tan delgado como el iPhone, además de ser un sistema menos preciso que el sensor táctil.

La protección del sensor biométrico

También comenta que estos sensores tienen una vida útil bastante limitada en comparación con otros componentes electrónicos, ya que el uso constante de los condensadores a lo largo del tiempo hace que el sensor de huellas dactilares pierda eficacia. Para prevenir esto, durante su fabricación, la superficie del sensor se cubre con un material que la protege.

En realidad, las pantallas táctiles están construida de la misma manera, ya que si no hubiera una capa protectora, los sensores táctiles se romperían con mucha facilidad. A diferencia de éstas últimas, la capa protectora del sensor biométrico no puede ser muy gruesa porque sino los electrones de nuestra piel no podrán pasar hasta la parte metálica que analiza nuestra huella. Esta capa es muy fina, y solo tiene como misión alargar la vida del sensor, pero un uso continuo acaba deshaciéndola y reduciendo por momento las vida útil del sensor. ¿Cómo será capaz Apple de arreglar este problema?

Fiabilidad

Los fabricantes que se dedican a construir este tipo de componentes nunca han tenido mucho éxito a la hora de mejorar el reconocimiento. Es decir, si tenemos las manos sucias y hay otros elementos en nuestras huellas, la detección puede fallar y que la autenticación sea mala.

Los sensores biométricos se suelen usar en ordenadores portátiles o incluso coches, pero se usan de vez en cuando, no decenas de veces al día, como muy probablemente ocurra en el iPhone, que siempre llevamos entre manos. Por eso Apple tiene dos grandes problemas a la hora de implantar esta tecnología: la fiabilidad y la efectividad a la hora de reconocer nuestra huella.

Este problema ya existía con las primeras pantallas táctiles, que perdían sensibilidad con el paso del tiempo, pero que finalmente ha sido completamente subsanado. Ninguna pantalla táctil capacitiva actual pierde sensibilidad con el paso de los años, por muy intenso que sea nuestro uso día tras día.

Conclusión

El iPhone es un dispositivo que usamos todo el día y cuyos elementos sufren varios miles de pulsaciones a lo largo de su vida útil. Ya hubo problemas con los botones Home que se rompían a los pocos meses. ¿Habrá Apple escarmentado y serán capaces de hacer sensores biométricos duraderos?

Los fabricantes pueden mejorar los sistemas para hacerlos durar más, pero antes o después acabarán fallando. Y esto es un tema muy importante que puede hacer que corran ríos de tinta electrónica y quejas si Apple no lo hace bien en el próximo iPhone.