Apple nos presentó el Touch ID durante la keynote del iPhone 5s como el nuevo nivel en cuanto a seguridad móvil se refiere, dejando de lado tecnologías como el NFC o los códigos personales. Es algo único de cada persona y mucho más seguro que cualquier otra tecnología ya que siempre lo llevamos encima. Por otro lado vimos que no es infranqueables, aunque bien, no es tan fácil como parece. De la misma forma que vimos que no está funcionando tan bien.
Como sabemos el iPhone no toma imágenes de nuestra huella, sino lo que hace es guardar una representación matemática de ella y además la guarda dentro un lugar recóndito del chip A7. ¿Será capaz la NSA de acceder a ella? En todo caso ahora iMore ha descubierto que cada sensor está emparejado con cada teléfono individualmente, concretamente con el chip A7.
Se ha decubierto cambiando los sensores entre dos iPhone nuevos. Ninguno de los dos reconocía el sensor hasta que volvieron a cambiarlos a su dispositivo original. No es cuestión de software sino de hardware. Esto reduce las posibilidades de que alguien con malas intenciones quiera obtener nuestra huella o acceder a nuestros datos. De esta forma no sería posible crackear un Touch ID utilizando ingeniería inversa.
Así los pagos a través de nuestro iPhone por ejemplo se antojan más seguro que con el contactless o con NFC, ya sea con smartphones o tarjetas. Las dos últimas implican que cualquiera con nuestra clave podría robarnos. Con el Touch ID junto al A7 se reducen estas posibilidades.
Para nosotros significa que tenemos más seguridad, siempre es de agradecer. Para los hackers quiere decir que no podrán desarrollar un método único para saltarse el Touch ID de todos los teléfonos. Y finalmente para los que se ganan la vida reparando iPhone se les ha complicado un poco más, ya que si Apple puede reconocer un Touch ID como no original, quiere decir que puede hacerlo con cualquier pieza, no solo con el Touch ID, pero parece que de momento no es el caso.