La cantidad de rumores que pivotan alrededor del, tan esperado, iWatch son ya numerosos. Se ha hablado de la llegada con dos tamaños, con una gran cantidad de componentes flexibles o incluso se ha llegado a hablar sobre la incorporación de un sensor de rayos ultravioleta. Todos estos rumores datan su llegada allá por el tercer trimestre siendo Apple de las últimas en unirse a la fiesta de los wearables.
Toda esta fiebre comenzó con una famosa campaña en Kickstarter de Pebble, que se ha convertido sin duda alguna en un claro referente, en parte debido a su gran éxito cosechado gracias a sus características y diseño que ha cautivado a miles de usuarios. Todo esto se ha visto acrecentado con la llegada de su nueva versión en acero –Pebble Steel– que le proporcionó un aspecto premium que no consiguió dar en su versión original. Aún así, el éxito podría verse difuminado por la llegada de nuevos jugadores como Samsung, Sony o la propia Apple en un futuro próximo.
Como ya he dicho, Pebble a día de hoy es referente y no soy el único al que le encantaría que el iWatch de Apple trajese consigo lo mejor de éste y desechara lo peor y así lo he podido comprobar en la red donde coincido en muchos aspectos de lo que debería, y no, ser iWatch. No creo que desde Cupertino estén faltos de ideas pero inspirarse en los puntos fuertes y huir de lo que el mercado no quiere podría darle un empujón a su futuro éxito.
¿Qué debe aprender iWatch de Pebble?
– Apariencia: Aquí es donde incide mi mayor insistencia. Los usuarios piden un dispositivo tecnológicamente superior y diferente pero sin perder la esencia de lo que verdaderamente son, relojes. No hay más que fijarse el revuelo creado tanto por Motorola como por LG con la publicación de lo que serán sus próximos smartwatch. Es por ello que Apple, en mi opinión, debería de seguir este camino donde destaque la elegancia y un bonito diseño pero sin llegar a lo llamativo.
– Visibilidad: Este es otro de los puntos fuertes del Pebble ya que, gracias a su pantalla de tinta electrónica retroiluminada, su desempeño tanto en exteriores como en interiores con poca luz es envidiable. Obviamente, no vamos a ver tinta electrónica en ningún dispositivo de la empresa de la manzana mordida pero esto no quita que el material usado para el futuro iWatch consiga rendir de una manera al menos notable en condiciones donde la luz incida sobre el de forma directa. ¿Para qué queremos un reloj si cuando estemos en plena calle no vamos ni a poder mirar la hora?
– Duración de la batería: Otra fortaleza más del exitoso proyecto nacido en Kickstarter. Gracias a la citada pantalla de tinta electrónica la duración de la batería del Pebble puede situarse en torno a los 5-7 días según su uso. Si el futuro wearable de Apple quiere evitarse quejas y la ira de los usuarios, su rendimiento debería situarse en cifras similares –aunque lo veo complicado–. El sacar un dispositivo que aborde esta categoría con una autonomía menor de, por lo menos dos días, sería una tomadura de pelo. Ya bastante tenemos con cargar los móviles día tras día que ahora encima tengamos que estar pendientes de nuestro reloj.
– Tienda de aplicaciones: Otro de los aspectos en el que no debería haber discusión alguna. Sin aplicaciones que lo acompañen, estaría vacío. No solo basta con aplicaciones estándar precargadas por el fabricante –que realizarían, sin duda, las funciones de forma maravillosa– sino que es necesario abrirlo a los desarrolladores que estén interesados en la plataforma. Apple no destaca por dar mucha libertad en su ecosistema pero si el iPhone y el iPad tiene sus aplicaciones en la App Store, ¿por qué no podríamos ver aplicaciones en la misma para el iWatch?.
¿Donde debería el iWatch desmarcarse de Pebble?
– Nada de botones: Una menor cantidad de botones se traduciría –por lógica– en una ganancia de espacio por lo que ayudaría a reducir el tamaño del dispositivo. Se han escrito cientos y cientos de líneas sobre las características que tendría este nuevo aparato y, la inclusión de una pantalla táctil, eliminaría toda necesidad de disponer de botones físicos. Si de algo peca el Pebble es de su excesivo grosor, al menos para mi y mi muñeca.
– Interfaz: La interfaz de Pebble se ve más que suficiente para los funciones que queremos realizar con él pero a veces echamos en falta los colores y, sobre todo, echamos en falta una interfaz mucho más intuitiva y amigable y en esto los de Cupertino son maestros. Aquí tienen la oportunidad de lanzar al mercado una auténtica obra maestra que haga a los usuarios decantarse por su solución en lugar de cualquier otra de la competencia.
– La voz es nuestra amiga: Siri es un arma poderosa pero necesita rodaje, cariño y dedicación por parte de los ingenieros en la empresa. Yo soy de los que usan el asistente a menudo, tanto Siri como Google Now me han ayudado en múltiples ocasiones y sin necesidad de escribir nada en el teclado. ¿Por qué no tener a Siri en nuestra muñeca?
Siempre se han dicho que las comparaciones son odiosas pero, a día de hoy, el único dispositivo que me llama suficientemente la atención como para llevarlo en mi muñeca es el Pebble por lo que no me importaría que Apple aplicara en su dispositivo lo mejor que tiene Pebble en sus entrañas. Quiero un dispositivo sencillo, bonito, cómodo y que no difiera mucho de cualquier reloj típico que podemos encontrarnos en cualquier tienda. Solo nos queda esperar para ver el camino que han tomado desde las oficinas centrales de Cupertino.