Reventando mitos sobre los iBeacons

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iBeacons

Los iBeacons aparecieron a finales de 2012 como la alternativa de Apple a la tecnología NFC, y han cogido fuerza con la integración de estos en iOS 7.1. Se trata de unos dispositivos de bajo consumo y bajo coste que facilitarían, entre otras tareas, el posicionamiento en interiores. Esto responde a la necesidad de geolocalizar personas, dispositivos o lugares en interiores, una tarea que la tecnología GPS no realiza con suficiente precisión.

Por otro lado, con los iBeacons no solo podríamos hacer check-in en redes sociales que usan el geoposicionamiento como Foursquare en interiores, sino que también podríamos realizar pagos en determinadas zonas o enviar notificaciones a los dispositivos que pasen por determinadas zonas. En el hogar los iBeacons también son de gran utilidad, ya que gracias a ellos podemos automatizar determinadas acciones como encender la televisión, apagar las luces o que nos llegue una notificación al teléfono cuando el café esté hecho.

Como suele pasar en este tipo de tecnologías, los iBeacons desde su creación, han venido rodeados de una gran cantidad de comentarios negativos y alguna que otra leyenda urbana sobre ellos. Es momento de reventar algunos de estos mitos sobre los iBeacons.

Los iBeacons nos monitorizan

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Una de las afirmaciones más escuchadas es la de que los iBeacons monitorizarán en todo momento nuestra actividad, por donde nos desplazamos, qué hacemos… Marc Wallace, de Radius Networks, una de las compañías que más fuerte han apostado por los iBeacons nos explica porqué esta afirmación es falsa, y cómo son las aplicaciones las que monitorizan nuestra actividad y no los iBeacons.

Un iBeacon es un transmisor. No recibe o recoge ninguna señal de ningún dispositivo móvil. Los iBeacons no detectan la presencia de tu teléfono móvil y no tienen la habilidad de conocer si estas cerca o de monitorizar tus pasos. Como conclusión los iBeacons son amigos de la privacidad, ya que nosotros podemos verlos pero ellos no nos pueden ver a nosotros.

Con la tecnología iBeacon, tu teléfono móvil es el que detecta los iBeacons. Más concretamente, una aplicación instalada en nuestro teléfono móvil puede pedir al dispositivo ser notificada cuando este perciba un determinado iBeacon. Esto funciona de manera muy similar al geoperimetraje, en el que se marcan unas determinadas coordenadas y cuando un dispositivo se sitúa sobre ellas, ocurre un determinado evento.

Hay que tener en cuenta que para que un dispositivo móvil detecte y reaccione ante un iBeacon, este teléfono debe tener instalada una determinada aplicación y haber mandado una petición al iBeacon en el que se está interesado. La gran baza de este funcionamiento es que otorga al usuario la capacidad de decidir si quiere o no interactuar con los iBeacons, si quiere darle permisos a esa aplicación para usar los servicios de localización, aunque también puede desactivar el Bluetooth o desinstalar la aplicación.

Los iBeacons suministran contenidos

Este es un pensamiento generalizado, pero erróneo, y es que, tal y como podemos comprender tras la explicación del punto anterior, los iBeacons simplemente son sensores ante los que nuestro terminal y, especialmente, nuestras aplicaciones, reaccionan. Y es una aplicación, cuando nuestro teléfono detecta la cercanía de un iBeacon, la que nos suministra cierto contenido que nos puede ser de interés, como ofertas en una tienda o información sobre los horarios de cierto establecimiento.

La verdad es que los iBeacons no transmiten ningún tipo de contenido, ellos mandan una localización, dejando a las aplicaciones que accedan a determinado contenido relevante acerca del lugar donde nos encontramos. Los iBeacons no son tan mágicos, en el sentido de que no son capaces de mandar mensajes de spam a nuestro teléfono.

Conclusiones

iPhone en una Apple Store con iBeacons

Definitivamente hemos entendido que los iBeacons no son más que transmisores que mandan una determinada señal a nuestro teléfono y este el que reacciona ante la misma. Si no queremos recibir ciertas notificaciones no tendremos más que desactivar el Bluetooth, desintalar la aplicación en cuestión o no permitir que esta use los servicios de localización del teléfono.

Por otro lado es normal que cuando vemos una notificación en nuestro terminal proveniente de la tienda en la que nos encontramos, pensemos que algo está siguiendo nuestros pasos y que nos están mandando spam de una manera nada elegante, pero realmente es una aplicación que hemos instalado en nuestro dispositivo la que nos está ofreciendo contenido que piensa que puede ser interesante para nosotros en el lugar en el que nos encontramos.

Definitivamente el buen uso de los iBeacons en determinadas superficies puede ser más que interesante, tanto es así que Apple no ha tardado en incorporar estos dispositivos a sus tiendas, y en ellas ya podemos recibir ciertas notificaciones e incluso pagar desde nuestro terminal sin tener que acudir a la caja, gracias a estos pequeños receptores que funcionan por un sistema Bluetooth de bajo consumo energético.

Archivado en GPS, iBeacons, Mitos, NFC
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