El Gobierno chino y las empresas tecnológicas de Estados Unidos parecen no llevarse demasiado bien. Desde hace varios años ya, la lista de productos tecnológicos estadounidenses cuya compra por parte de algún organismo de la Administración china está prohibida, no ha parado de crecer, para situarse ya en unos 5000 productos cuya compra para uso gubernamental está vetada.
La decisión del Gobierno chino de prohibir cada vez más productos de Estados Unidos se enmarca dentro del clima de desconfianza mutua entre la potencia asiática y americana en lo referente a la ciberseguridad y al espionaje, dos aspectos que ya son claves en la seguridad nacional de todos los países del mundo, y en el que las empresas tecnológicas juegan un papel bastante relevante.
Estas decisiones contrastan con el parecer de los consumidores generales, tanto en China, país en el que la expansión del iPhone y de los productos de Apple parece que va viento en popa, como en Estados Unidos, donde hace algunos días Hugo Barra daba una conferencia para anunciar los planes de Xiaomi de desembarcar, eso sí, de forma tibia, en el mercado de Estados Unidos
Algunos de los afectados por las decisiones del Gobierno chino además de Apple, han sido McAfee, Cisco, o Citrix. Además de lo referente a la ciberseguridad, se apunta a que China podría estar intentando a su vez potenciar a las empresas nacionales chinas, mejorando sus contratos con el Gobierno y apuntalándolas en lo económico tanto como sea posible para asegurar su posterior expansión internacional además de aumentar el consumo interno chino. Según el propio Gobierno, las empresas chinas podrían sustituir a las americanas en todo, y además, con más garantías aún.
Apple, en pos de no sufrir represalias del Gobierno chino que afecten a la distribución y venta del iPhone y otros productos al consumidor normal, ha aceptado entre otras cosas, trasladar los datos de los usuarios de iCloud de China a ese mismo país o sufrir alguna que otra arbitraria inspección de seguridad.
