Apple Pay fue presentado en la keynote de Apple de septiembre junto al Apple Watch, iPhone 6 y 6 Plus y junto a Apple SIM. Quizás fue eclipsado por los dispositivos mencionados, pero lo que no se puede negar es que con su aparición, Apple se apuntaba un importante tanto que podría traer consecuencias muy positivos para el balance económico de la compañía y que ponía a los bancos en situación de ceder parte de sus beneficios.
Si bien durante los últimos meses hemos hablado de que el avance de Apple Pay en Estados Unidos estaba siendo imparable, con cada vez más comercios adheridos al sistema de pago de Apple y cada vez más bancos que aceptaban sus condiciones, parece que no ocurre lo mismo en todas partes, y que la situación se enquista en mercados que son a día de hoy de los más importantes para la compañía de Cupertino.
Es el caso de China, en la que Apple está encontrando resistencia para implantar su sistema de pagos móviles y en la que a día de hoy no se espera ver, en el corto plazo, la utilización de Apple Pay. Las negociaciones con UnionPay se encontrarían totalmente estancadas, por lo que la implantación del sistema de pagos se encuentra totalmente frenada también ya que UnionPay es la encargada de la gestión de todas las operaciones interbancarias que se producen en China.
Uno de los obstáculos que Apple está encontrando en China y que estarían afectando a las negociaciones con UnionPay, es que los bancos chinos no parecen dispuestos a aceptar las tasas de Apple por la utilización del servicio, algo a lo que se han acabado plegando en Estados Unidos pero que se ve de otra forma desde las entidades de crédito del país asiático.
En conclusión, la buena acogida que ha tenido Apple Pay en Estados Unidos y la fuerza que esto le da al servicio, junto con las exigencias de consumidores y usuarios de dispositivos de Apple, hará que más tarde o más temprano exista Apple Pay en multitud de países. Por ahora, el que parece más cercano a disponer de Apple Pay es Reino Unido, en el cuál las negociaciones siguen muy avanzadas. En España se espera que lo veamos en 2015, aunque dependerá de los obstáculos que pongan en el camino las entidades bancarias.
